Con los cinco integrantes que conforman la promoción 2023, la lista de peloteros venezolanos en las Grandes Ligas se acerca a los 500 en 84 años, desde que Alejandro “Patón” Carrasquel puso a Venezuela en el mapa de las Grandes Ligas en abril de 1939.
Cinco años después, Jesús “Chucho” Ramos pasó fugazmente por las filas de los Rojos de Cincinnati, convirtiéndose en el primer venezolano en jugar en la Liga Nacional. Dos años después, Carlos “Terremoto” Ascanio hizo lo mismo, pero con los “Black Yankees” en las Ligas Negras. A partir de los años cincuenta, se desató la producción de talento con la llegada de Alfonso “Chico” Carrasquel, el primer pelotero exportado de nuestra pelota profesional hacia las Grandes Ligas.
La calidad de “Carrasquelito” como campocorto de los Medias Blancas obligó a los otros quince clubes existentes en ese entonces a poner mayor atención en la pelota que se estaba jugando en el béisbol invernal de Venezuela.
Mañana se cumplirán setenta años de la llegada del primer pelotero zuliano a las Grandes Ligas. El honor correspondió a Pompeyo Davalillo, un joven de 25 años nacido en Cabimas el 30 de junio de 1928, quien fue reclutado por la organización de Washington por el scout Joe Cambria, el mismo que firmó a Alejandro Carrasquel catorce años antes.
En agosto de 1953, después de intervenir en 105 juegos con el club Charlotte Hornets, filial Clase B de Washington en la Tri State League, Davalillo se convirtió en el cuarto pelotero venezolano en las Grandes Ligas, y el quinto después de que las Ligas Negras fueran reconocidas en 2020 como de máximo nivel.
Cambria evaluó el talento de Pompeyo durante las Series Mundiales amateur de 1951 en Nicaragua y de 1952 en México, pero no fue hasta la temporada 1952-53, cuando saltó al profesional con los Leones del Caracas, que logró convencerlo de hacer carrera en Estados Unidos.
El 30 de julio de 1953, después de intervenir en 105 juegos y dejar un promedio de bateo de .306 con 24 robos con los Avispones, el mánager Pete Appleton lo llamó a la oficina para darle la noticia de su ascenso al equipo grande.
El sábado 1 de agosto de 1953, ante 9,387 aficionados que se dieron cita en el Griffith Stadium de la capital estadounidense, Davalillo salió al campo como corredor emergente en el cierre del noveno episodio del segundo encuentro de la serie contra los Medias Blancas.
Con la pizarra a favor de los visitantes 4-0, el catcher y séptimo bate de los Senadores, Ed Fitzgeraldd, inició la tanda con un sencillo. Entonces el mánager Bucky Harris habló con el árbitro principal, Johnny Stevens, para anunciar el cambio: ingreso de un corredor sustituto en la primera base. Seguidamente, Jerry Snyder conectó un hit hacia el centro para que Davalillo avanzara a la intermedia y aprovechara para saludar a Carrasquelito en el primer encuentro en la historia de MLB en el que intervinieron dos peloteros nativos de Venezuela.
Dos días después, en el cuarto y último encuentro de la serie contra los Medias Blancas, Davalillo tuvo la oportunidad de jugar por primera vez a la defensiva y ocupar el primer turno de su carrera en las Grandes Ligas. Entró a jugar de emergencia en la posición de shortstop cuando se lesionó el titular, Jerry Snider. Por segunda ocasión, Davalillo y Carrasquelito coincidieron en un mismo encuentro, y por primera vez, dos shortstops venezolanos se desempeñaron en un juego de MLB.
La carrera de Pompeyo Davalillo en las Grandes Ligas duró apenas 19 juegos, pero su trayectoria ejemplar en el béisbol en circuitos de Estados Unidos, Cuba, México y Venezuela superó las seis décadas de innumerables éxitos como jugador y entrenador. Especialmente destacó como mánager campeón con Águilas y Leones en la liga de Venezuela.