La industria petrolera de Venezuela ha sido tema de debate en las últimas semanas, especialmente en las primarias de la oposición, donde algunos candidatos han discutido sobre la conveniencia de su privatización. María Corina Machado, exdiputada y aspirante a la presidencia, propone un extenso programa de privatización del sector petrolero como una forma de recuperar la producción y convertir a Venezuela en el hub energético de las Américas. Sin embargo, Henrique Capriles, otro aspirante presidencial, se opone a la privatización de la estatal PDVSA, argumentando que esto pondría en manos de unos pocos el principal activo de los venezolanos.
Evanan Romero, ingeniero petrolero y asesor de Machado, considera que la privatización del sector petrolero es una necesidad inevitable, pero reconoce que este proceso será gradual debido a las leyes existentes que deben modificarse. Además, destaca la importancia de recuperar la confianza para atraer inversión privada, tanto nacional como extranjera.
El equipo económico de Machado está elaborando planes y definiendo las bases y condiciones para este proceso de privatización. También se requerirá financiamiento internacional debido a la capacidad limitada de la banca venezolana. Se buscará atraer empresas europeas, norteamericanas, japonesas y coreanas, garantizando cero interferencias gubernamentales negativas.
Según Romero, la privatización satisfará las necesidades urgentes de la población, mejorará los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores petroleros, y generará empleo para ingenieros, técnicos, empleados y obreros venezolanos.
Sin embargo, la Constitución y la Ley de Hidrocarburos establecen que el Estado reserva la actividad petrolera y conserva la totalidad de las acciones de PDVSA. Romero reconoce que el actual Legislativo no estará accesible para hacer cambios, por lo que será necesario esperar nuevas elecciones parlamentarias para introducir un proyecto que permita la privatización.
Por otro lado, Víctor Álvarez, economista e investigador, considera que proponer la privatización total del sector petrolero en Venezuela es un camino que conduciría al fracaso. En su opinión, se debería permitir que el Estado tenga participación en la industria y buscar la inversión privada a través de alianzas estratégicas y empresas mixtas.
Álvarez destaca que tanto la propiedad estatal total como la privatización completa son extremos que no benefician al interés nacional. En su lugar, propone que el Estado y el sector privado formen alianzas estratégicas para invertir en infraestructura y rentabilizar el petróleo, generando los ingresos necesarios para reconstruir el sistema de salud y educación, mejorar los servicios y las condiciones de vida en el país.
En conclusión, la privatización de la industria petrolera en Venezuela sigue siendo un tema de debate en el ámbito político. Mientras algunos candidatos ven en esta medida una forma de recuperar la producción y atraer inversión, otros argumentan que poner en manos privadas el principal activo del país no es conveniente para el interés nacional.