La geopolítica del fútbol está experimentando un cambio en su centro de poder económico. Hasta hace poco, los jugadores más cotizados del mundo soñaban con vestir las camisetas del Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Manchester City, Liverpool, Bayern Múnich, Juventus o Milan. Las ligas de España, Inglaterra, Alemania e Italia eran los destinos preferidos para firmar contratos millonarios y luchar por el prestigio de ganar la Liga de Campeones de Europa, el trofeo de clubes más prestigioso del fútbol mundial.
La ilusión de cruzar el Atlántico y jugar en Europa sigue vigente para los jóvenes futbolistas de nuestro continente y de otras partes del mundo. Sin embargo, los jugadores consagrados, aquellos que ya han disfrutado de innumerables títulos y no tienen nada más que demostrar al mundo, han abierto un nuevo camino para sus carreras.
Siguiendo los pasos de los millones de peregrinos musulmanes que visitan la sagrada ciudad de La Meca cada año, superestrellas del fútbol como Cristiano Ronaldo o Karim Benzema han puesto rumbo a la prometedora liga de Arabia Saudita.
El poder económico de los magnates de la energía petrolera en Oriente Medio se ha hecho sentir desde hace décadas con la compra de equipos europeos. A través de sus chequeras inagotables, los jeques han adquirido el Paris Saint-Germain de Francia, que está en manos de Nasser Al-Khelaifi; el Manchester City de Inglaterra, propiedad de Mansour bin Zayed, quien también es dueño del New York City de la Major League Soccer de Estados Unidos y del Montevideo Toque de Uruguay; y el Newcastle United, también de la Premier League de Inglaterra, ha sido traspasado al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman.
Sin embargo, los dueños del oro negro no se conforman con estas adquisiciones. Ahora quieren que el foco del fútbol se centre en el desierto. La celebración del Mundial de Qatar 2022, el primero en la historia que se celebrará en tierras árabes, fue solo el comienzo.
El siguiente paso es convertir la Liga de Fútbol de Arabia Saudita en una de las más competitivas del mundo, y para lograrlo están seduciendo a los mejores exponentes de este deporte con contratos de ensueño.
El portugués Cristiano Ronaldo fue el primero en poner rumbo a la nueva Meca del fútbol. Firmó un contrato de 200 millones de dólares por temporada para jugar en el Al-Nassr, que pasó de ser un club desconocido a ser uno de los más buscados en Google.
El francés Benzema dejó el Real Madrid para fichar por 107 millones de dólares con el Al Ittihad, y su compatriota Kylian Mbappé, campeón del mundo en Rusia 2018 y uno de los delanteros más talentosos de la actualidad con el PSG, recibió una oferta de 700 millones de euros al año para unirse al Al-Hilal, aunque decidió quedarse en el PSG.
Messi también estuvo en la órbita del fútbol árabe. Después de conquistar la Copa del Mundo en Qatar, el astro argentino ya no tiene otro objetivo que dejar atrás la presión de ganar trofeos y divertirse con el balón, como cuando jugaba en la calle de niño.
Por eso, decidió unirse al Inter de Miami, donde en dos semanas ha revolucionado el torneo con sus goles y su genialidad absoluta.
Con fichajes estelares, el mundo árabe ha iniciado la reconquista de Europa, pero esta vez sin guerras santas, sino a través de la única e indivisible pasión que une a millones en todo el mundo: el fútbol.
En cuanto a la selección sub-17 de Venezuela, la incorporación del ex defensor central Oswaldo Vizcarrondo como director técnico es una decisión acertada de la Federación Venezolana de Fútbol. Desde la designación de José Pékerman como seleccionador y la llegada de su pupilo Fernando Batista al mando de los equipos nacionales, los entrenadores venezolanos habían quedado marginados.
La designación de Vizcarrondo va en la dirección correcta. Es un jugador que vivió todo el proceso de transformación en la Vinotinto, desde que formó parte de la sub-17 hasta convertirse en una pieza clave del equipo de César Farías. Además de su indiscutible trayectoria como jugador, cuenta con una formación como entrenador certificado por la UEFA y experiencia en el banquillo, tanto en el equipo femenino del Nantes como en el equipo masculino como asistente técnico. Es importante que los nuevos talentos del país tengan a su lado un referente que sabe lo que es luchar y pelear por la camiseta de la Vinotinto.
Por otro lado, es gratificante ver cómo Josef Martínez ha logrado entenderse a la perfección con Lionel Messi en el ataque del Inter de Miami. Ser compañero de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos es un lujo que ningún otro venezolano ha tenido.
La creatividad del mediapunta argentino ha contagiado al carabobeño, quien gracias a su nuevo compañero ha recuperado parte de su magia en el ataque. Su brillo se había marchitado desde que dejó el Atlanta United, donde batió récords de goles y alcanzó la cima de su carrera al consagrarse campeón y Jugador Más Valioso de la temporada. Pero con Messi a su lado, Josef ha vuelto a ser el jugador dinámico y explosivo en la zona de definición.
De cara a las eliminatorias para el Mundial, es emocionante ver el gran momento que atraviesa Josef Martínez. Si puede llevar la alegría renovada de su juego a la selección y lograr esa química indispensable con Salomón Rondón en el ataque para marcar goles, la Vinotinto dirigida por el Bocha Batista será la más beneficiada por el efecto Messi en la MLS.