Algunos miembros del Parlamento del Reino Unido temen que los automóviles eléctricos chinos, importados para lograr el objetivo de cero emisiones netas, puedan usarse para espiar a los ciudadanos británicos, informa The Telegraph.
Según los legisladores, Pekín podría utilizar la tecnología integrada en los vehículos para recopilar grandes cantidades de información, incluidas imágenes de video, grabaciones de audio y datos de ubicación. Además, les preocupa el supuesto riesgo de que los coches estén expuestos a interferencias remotas e incluso queden inhabilitados.
“Si se fabrica en un país como China, ¿qué tan seguro puede estar de que no será un vehículo para recopilar información y datos? Si tienes vehículos eléctricos fabricados por países que ya están usando tecnología para espiar, ¿por qué no harían lo mismo aquí?”, dijo un alto funcionario del Gobierno citado por el diario.
El gigante asiático se ha posicionado como líder en la producción de automóviles eléctricos en el mercado mundial y se prevé que los coches chinos más baratos dominen las ventas de vehículos en el Reino Unido, que aspira a alcanzar sus objetivos de cero emisiones netas antes de la prohibición de la venta de autos nuevos con motores diésel y gasolina en 2030.
“Son productos de alto riesgo. Sabemos que China siempre piensa a muy largo plazo. Entonces, si estuvieran proporcionando un producto que pudiera hacer algo más que satisfacer el deseo del consumidor de ir desde el punto A hasta el punto B, ¿por qué no lo harían?”, agregó la fuente.
Asimismo, un grupo de legisladores de todos los partidos expresaron su preocupación al Gobierno del primer ministro Rishi Sunak, sobre los riesgos de permitir que Pekín controle la “infraestructura crítica” del mercado automovilístico con todos los “riesgos de seguridad relacionados”.
“Se usará con todos los datos que recopilen, y así es como se vuelve increíblemente valioso y bastante peligroso”, dijo otro funcionario.
Por su parte, los legisladores consideran que el Gobierno británico debería adoptar medidas similares a la prohibición de compra de equipos para redes 5G producidos por la empresa china Huawei impuesta en 2020 por preocupaciones de “seguridad nacional”.