Mientras el venezolano Romer Cuadrado se recupera de la fractura del dedo anular izquierdo que sufrió en el último tramo de la pasada campaña de la LVBP, los Leones de Seibú, su organización en el béisbol japonés, le ha propuesto hacer la transición defensiva de los jardines al infield, enfocándose en desenvolverse tanto en primera como en tercera base.
El otrora campeón del mundo Sub-23 con Venezuela, que siempre ha jugado en los jardines, ha aceptado la tarea, viéndolo como un reto y algo que le dará más versatilidad y oportunidades en el terreno.
“El cambio surgió porque ellos (el equipo) me lo presentaron. Me preguntaron si quería aprender a jugar en la primera y tercera, así que les dije que sí”, contó Romer Cuadrado al Departamento de Prensa de Navegantes del Magallanes. “Creo que es una transición un poco normal que a veces les toca a los outfielders para tener más tiempo de juego”.
Al principio, según expresa, le costó el cambio, sobre todo por un tema de las señas que hay aquí, y porque es una manera distinta de ver el juego. Pero realmente ha sido una transición normal, de mucho trabajo eso sí, que con el día a día se va aprendiendo y resolviendo.
Cabe destacar que esta apuesta podría hacer de Romer Cuadrado un pelotero más versátil dentro del terreno de juego. Por eso es que el criollo ha aceptado la responsabilidad y trabaja duro para poder mejorar, hasta el punto de que ha estado recibiendo el reconocimiento del cuerpo técnico del equipo que hace vida en la ciudad de Tokorozawa.
“Hasta ahora me han dicho que he mejorado muchísimo”, dijo el monaguense. “Confían en que es una buena opción para mí a futuro, aprender otras posiciones y ser más versátil para que eso me ayude más en mi carrera”.
Sin embargo, Cuadrado, que tiene tres hits en sus primeros seis turnos en la Liga del Este (Ligas Menores de Japón), espera poder seguir jugando en los jardines e incluso desempeñarse en ambos roles si existe la posibilidad. Todo ello con el objetivo de ser de mayor utilidad para el equipo donde juegue.