Reynaldo Cortés, uno de los seis sindicalistas recientemente sentenciados a 16 años de cárcel por protestar en demanda de condiciones dignas de trabajo, ha denunciado en una carta las condiciones en las que se encuentra y teme por su vida.
En la carta, publicada en la página web del partido Bandera Roja, al cual pertenece, Cortés hace un llamado a la comunidad internacional para que se garantice su vida y la de sus compañeros: Alonso Meléndez, Néstor Astudillo, Gabriel Blanco, Emilio Negrín y Alcides Bracho.
La ONG Provea también ha difundido la carta y denuncia que los sindicalistas “han sido severamente castigados por un tribunal venezolano, a pesar de no existir pruebas ni testigos que sustenten las acusaciones de la Fiscalía, ampliamente complaciente con el gobierno de Nicolás Maduro”.
Además, Provea señala que estos casos no son únicos, ya que “más de 300 trabajadores y sindicalistas han sido detenidos y judicializados durante la gestión de Nicolás Maduro por haber defendido derechos laborales. Otros 3.512 han sido víctimas de actos de amenazas y hostigamiento por parte de agentes de seguridad, en el contexto de exigencias laborales”.
Después de un año en prisión, Cortés manifiesta en la carta que su salud se ha deteriorado, presentando problemas visuales, circulatorios, respiratorios, en la piel, odontológicos y espasmos neuromusculares. Exige al Estado que le permita recibir atención médica especializada y garantizar su integridad física.
Responsabiliza a los responsables de su detención y juicio injusto por los daños ocasionados a su salud debido al encarcelamiento. También responsabiliza al fiscal Tarek Wiliam Saab y al régimen de Maduro de su integridad física y mental, así como de la seguridad de su familia.
Ante la falta de instituciones en Venezuela que garanticen los derechos humanos, Cortés hace un llamado a la comunidad internacional, incluyendo la ONU, la OEA, la OIT y la CSI, para que vigilen y actúen en defensa de sus vidas. Asimismo, insta al movimiento laboral nacional e internacional a movilizarse y solidarizarse.
Llama a los trabajadores venezolanos, la clase obrera y los campesinos a seguir luchando por salarios dignos, enfrentar el maltrato a los jubilados y pensionados, y combatir la esclavitud laboral impuesta por el régimen de Maduro.
Finalmente, hace un llamado al restablecimiento de la democracia en Venezuela y a la solidaridad por la libertad de todos los trabajadores presos. Invita a la creación de comités por la libertad de los luchadores sociales y presos políticos en todos los estados del país y en distintos países del mundo.
Cortés concluye su carta desde los calabozos de la dictadura, mostrándose firme moralmente y dispuesto a luchar por reconstruir Venezuela. Afirma que seguirá en la primera línea del combate político, alzando las banderas de la libertad hasta conquistar la victoria.