El mecanismo de asignación no toma en cuenta las capacidades de los bachilleres
Si hay algo de lo que se ha jactado la administración de Nicolás Maduro es sobre su supuesta preocupación por el futuro de los jóvenes en Venezuela y respecto a ello ha destacado la asignación de cupos universitarios.
Pero, estas afirmaciones contrastan con lo expresado por el presidente de la Federación de Centros Universitarios y representación estudiantil de la UCV, Jesús Mendoza, quien alertó que la deserción universitaria en el país está entre 45% y 50%.
El dirigente estudiantil culpa de esta deserción al Sistema Nacional de Ingresos de la OPSU, la cual tiene “una deficiencia al asignar los cupos universitarios a los bachilleres”.
“El acuerdo establecido en la Resolución 440, señala que sólo 30% de los cupos de cada universidad, deben ser asignados por la OPSU, y el resto a través de los mecanismo internos de cada universidad. Pero desde el 2015, las casas de estudio no pueden negar los cupos asignados por la OPSU a los estudiantes, aunque el sistema sobrepase ese 30%”, explicó.
“Estas plazas se asignan con la división de 50% el promedio de primero a cuarto año, 30% por la actividad o situación socioeconómica del estudiante, 15% por la ubicación de residencia y sólo 5% por los resultados de la prueba de la OPSU”, agregó.
“Un estudiante que tenga pocos recursos económicos, tiene más probabilidades de quedar en una carrera como medicina u odontología”, destacó.
El “oscuro algoritmo”
De su parte, Benjamín Scharifker, exrector de la Unimet, denunció que el Sistema Nacional de Ingreso «no asigna plazas en la universidades de acuerdo a las capacidades y la vocación de los estudiantes, sino de acuerdo a un algoritmo muy oscuro que tiene poco que ver con el sistema estudiantil».
“Para la asignación de cupos en la universidades de carácter público en el país, el sistema toma en cuenta el promedio del total de notas y no del desempeño en las materias enlazadas a cada carrera. Tampoco toma en cuenta la falta de algunas materias que se dan frecuentemente en liceos públicos”, dijo.
«Es un sistema que no es solamente injusto, porque no mide lo que es realmente las capacidades del estudiante, la calidad educativa y ni siquiera la educación del estudiante, sino que condena al sistema educativo general venezolano a la ignorancia», denunció.
Por lo tanto, Scharifker cree que es “un gran defecto la ausencia de un sistema estandarizado de medida del desempeño estudiantil”, a lo que se suma “un déficit de bachilleres que optan por las universidades públicas por problemas económicos”.