Venezuela tiene la oportunidad de medirse este miércoles con una vara más ajustada a su verdadero potencial para encarar el próximo Mundial de Baloncesto. Su segundo rival en la Copa Boomers que se disputa en Melbourne, Australia, es Sudán del Sur, que figura en el puesto 62 del ranking y carece del poderío de España, Francia y Australia, que arrasaron con la selección en los partidos de fogueo.
Después de cinco derrotas consecutivas ante Angola, Argentina, España, Francia y Australia, el quinteto de Fernando Duró busca restablecer el equilibrio en la cancha.
Escasa producción
Hay que superar la escasa producción ofensiva que llegó a la mínima expresión con los 11 puntos convertidos entre el segundo y tercer cuarto ante los australianos, las 20 pérdidas de balón y los escuálidos porcentajes de aciertos desde cualquier lugar de la cancha.
Cuidar cada posesión, mover la pelota y evitar los lanzamientos forzados son tareas que debe cumplir la selección, que ha tenido en Garly Sojo y Michael Cabrera a sus dos mejores opciones para franquear el aro. Pero se necesitan los aciertos de Jhorman Zamora, Heissler Guillent, Pedro Chourio desde la larga distancia y los puntos desde el poste bajo de Néstor Colmenares y Windy Graterol.
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Sudán del Sur tampoco será un manjar para Venezuela. Clasificó al Mundial con el poder atlético de jugadores con experiencia en la NBA, como el ala-pívot Wenyen Gabriel, el base Marial Shayok y el escolta Carlik Jones.
La selección africana, que disputará su primer mundial, cayó ante Brasil 85-75 en la primera jornada del cuadrangular, en la que Gabriel y Jones destacaron con 14 y 12 puntos.
Reducir la brecha
Los números de la selección en los partidos de fogueo ante España, Francia y Australia sufrieron una considerable merma en virtud del poderío de los rivales que se encuentran entre los mejores del planeta y son candidatos a disputar la final del Campeonato Mundial de Japón, Indonesia y Filipinas.
Venezuela convirtió un promedio de 55 puntos en los choques ante estos tres últimos rivales y permitió una media de 90 tantos, lo que arroja una diferencia de 35 puntos en cada derrota.
Para batallar en el Mundial ante Eslovenia, Georgia y Cabo Verde y avanzar de fase, la selección tiene que subir sus porcentajes. La intensidad defensiva es una de las principales armas, pero se requiere más efectividad en el canasto rival.