Un fuerte temporal de lluvia y viento afectó este jueves a varias zonas de Argentina, incluida la capital del país y la provincia de Buenos Aires, lo que provocó la demora de decenas de vuelos en los principales aeropuertos del país.
Según la estimación del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) a las 14:00 hora local (17:00 GMT), hay “alerta naranja por lluvia” en el Área Metropolitana de Buenos Aires (incluye la capital argentina y el conurbano) y el extremo este de la provincia bonaerense.
También estableció “alerta amarilla por lluvia” en la mayoría de localidades bonaerenses y “amarilla por tormenta” en partes de las provincias de Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos.
Según la información brindada por el SMN en sus redes sociales, la precipitación acumulada puede superar los 70 milímetros en forma local “sumado a los acumulados ya registrados”, que llegaron a ser de 140 en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, que ya sufrió fuertes inundaciones en 2013.
La Plata revive este jueves inundaciones, caminos anegados, techos volados y familias evacuadas, según contó el director de Defensa Civil provincial, Fabián García, a varios medios: “Estamos en alerta en el territorio” de la provincia.
Tormentas, caídas de luz y retraso en el tráfico aéreo
El SMN reportó que las tormentas “localmente fuertes” del norte de Buenos Aires y sur del Litoral (Misiones, Corrientes y Entre Ríos) “pueden estar acompañadas por ráfagas y granizo en forma local”.
También rige “alerta amarilla por lluvia” en el este de la región patagónica. Además, según informaron fuentes de Aerolíneas Argentinas, hay 22 vuelos internos cancelados o demorados en diferentes aeródromos del país, la mayoría en el Aeroparque Jorge Newbery, de Buenos Aires, y uno en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, de Ezeiza (provincia de Buenos Aires).
La falta de luz y la lluvia persistente han complicado durante la jornada el tráfico en las calles de Buenos Aires, así como en la autopista que conecta la capital con el sur de la provincia. Mientras, en el norte del país hay un “ambiente muy caluroso”, con temperaturas que pueden superar los 35 grados centígrados.