Venezuela ha incrementado su producción petrolera un 10,6% en los primeros siete meses del año, un resultado celebrado por el Gobierno, que expertos atribuyen a la reanudación de las operaciones de la estadounidense Chevron –cuyo bombeo representa hasta el 17% del total del país– y a los esfuerzos de las autoridades en medio de las sanciones, que dificultan el acceso a financiamiento.
El ministro de Petróleo y presidente de la estatal PDVSA, Pedro Tellechea, aseguró recientemente que la recuperación de la producción de crudo responde a una estrategia del mandatario Nicolás Maduro y al “esfuerzo de los trabajadores” de esta empresa, quienes han demostrado que es “posible enfrentar el bloqueo con eficiencia”.
Contra todo pronóstico -pese a la visión optimista del Ejecutivo- el país suramericano ha llevado su bombeo de crudo de 732.000 barriles por día (bpd) en enero a una media de 810.000 bpd en julio, según cifras oficiales.
Graciela Urdaneta, economista senior de Ecoanalítica, dijo a EFE que, si bien ha habido una “recuperación natural” de la producción después de la pandemia -cuando llegó a 392.000 bpd, en julio de 2020-, el factor “fundamental” ha sido la licencia a Chevron para retomar operaciones en el país caribeño, otorgada por Estados Unidos en noviembre de 2022.
La producción de esta petrolera norteamericana representa entre el 16% y el 17% del total bombeado en Venezuela, según la experta.
Además, los permisos otorgados, no solo a Chevron sino también a otras empresas estadounidenses como Halliburton y Schlumberger Limited, han tenido un impacto en la economía venezolana, al generar empleos e inyectar una “cantidad de divisas importante”, señaló Urdaneta.
Por otra parte, aseguró que Tellechea -designado ministro de Petróleo en marzo, en sustitución de Tareck El Aissami, quien renunció tras ser señalado por hechos de corrupción- “está tratando de poner un poco de orden”, a través de acciones como la “revisión de contratos”, en busca de “aumentar la producción”.
El pasado mayo, el ministro presentó el “Plan de Recuperación Integral Productiva (PRIP) PDVSA año 2023”, que representa una “guía para recuperar la producción petrolera”, según dijo.
Un mes después, el ministro participó en una reunión de trabajo con empresas mixtas para “hacer seguimiento al cumplimiento de las metas y logros alcanzados en el primer semestre del año”, según informó entonces PDVSA.
Venezuela llegó a producir, en 1997 -cuando el chavismo todavía no había llegado al poder-, 3,2 millones de bpd, y los 20 años siguientes se mantuvo por encima de los 2 millones.
Y la última vez que estuvo por encima del millón fue en junio de 2019, cuando alcanzó los 1,047 millones, según datos oficiales, recogidos en informes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
De acuerdo con Urdaneta, Venezuela necesita una inversión de 10.000 millones de dólares al año para poner la producción entre 2,5 millones y 3 millones de bpd en una década. Con estos recursos, se podrá, entre otras acciones, mejorar la infraestructura petrolera, que ha sufrido un “deterioro inmenso”.
Sin embargo, las posibilidades del Estado de acceder a estos fondos “están, prácticamente, cerradas, entre otras cosas por las sanciones, pero también por la poca capacidad para generar la confianza necesaria para atraer al inversionista”.
El país, prosiguió, “necesita socios e inversionistas” privados, tanto nacionales como extranjeros, que “apuesten por el sector petrolero”, para lo que se requiere “generar confianza”.
“La principal barrera, más allá del tema de las sanciones, del financiamiento, es generar la confianza (…) para que un inversionista decida tener su capital aquí”, dijo la especialista.
Según Maduro, la población y los sectores productivos coinciden en que “es el momento de superar” la “dependencia del petróleo” y “diversificar las fuentes de riqueza del país”, a fin de “avanzar en una gran vocación productiva para satisfacer las necesidades nacionales” y exportar.
Urdaneta afirmó que esto es “muy positivo”, pero “hay muchas cosas que hacer antes”, principalmente “fortalecer a los otros sectores” para “tener un músculo que logre que la economía sea diversificada”, lo que también requiere financiamiento.
De momento, aseguró, la economía venezolana no está “nada diversificada”.
El Gobierno apuesta por fortalecer otros sectores, a través de acuerdos de cooperación con otros países, especialmente los aliados, como Rusia y Cuba, y de la creación de las llamadas “Zonas Económicas Especiales”, una de ellas en la isla La Tortuga, donde se desarrollará “uno de los proyectos (turísticos) más importantes” del Caribe.
EFE