El gobierno de Honduras, junto con instituciones privadas, ha proporcionado los 18 autobuses que salieron hacia la frontera con Guatemala con los migrantes que llevaban más de 5 días varados.
A través de una ordenanza, el gobierno de Honduras gestionó el traslado de al menos 1.300 migrantes, en su mayoría venezolanos, desde la ciudad de Danlí hacia Agua Caliente, en la frontera con Guatemala, rumbo a los Estados Unidos.
Los migrantes, también procedentes de Colombia y Cuba, salieron el 24 de agosto a bordo 18 autobuses, habilitados gracias a la coordinación con las autoridades de Danlí y otras instituciones públicas, además de empresas privadas.
Agencias de noticias y medios de esa nación informaron que estas personas permanecieron varadas durante más de cinco días en territorio hondureño, a la espera de autorización para salir.
Aunque en principio solo tenían pensado gestionar 10 autobuses, la cantidad de migrantes varados hizo que aumentaran a 18, según informó el gerente de Coordinación de Delegación en Danlí del Instituto Nacional de Migración, Wilfredo Escoto.
“Lo sentimos, pero ya no podemos dar más, aparte de la amnistía y el apoyo con diversas instituciones”, le dijo Escoto a decenas de migrantes que no pudieron viajar en el último autobús que salió.
Las autoridades de Honduras están alarmadas ante la cantidad de extranjeros que usan su territorio de paso para llegar a EE.UU.
Solo el domingo a Danlí ingresaron 5.800 migrantes, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Muchos de los migrantes que se fueron llevaban entre cinco y quince días hacinados en carpas y cartones en una plaza cercana al centro de Danlí, de donde fueron desalojados.
Los que no pudieron viajar, muchos de ellos miembros de una misma familia, además con niños pequeños, buscaban afanados un sitio para pasar la noche y esperar si para este viernes hay un espacio disponible para seguir su ruta migratoria.
Un alivio
La salida de los 1.300 migrantes hacia la frontera con Guatemala, en un recorrido de unos 600 kilómetros, ha representado un alivio para la ciudad de Danlí, cuyas autoridades esta semana estuvieron a punto de cerrar el acceso a por falta de capacidad para atenderlos.