Iván Freites, líder sindical del sector petrolero, aseguró que los trabajadores no se darán por vencidos y denunció que, aunque pasen los años, no podrán ocultar que la tragedia ha sido una consecuencia del deterioro de la industria.
El líder sindical petrolero, Iván Freites, anunció que exigirán, en instancias internacionales, que la administración de Nicolás Maduro indemnice a las víctimas de la tragedia de la refinería de Amuay (Falcón) ocurrida el 25 de agosto de 2012, donde hubo 55 muertos y 156 heridos.
A través de sus redes sociales, Freites recordó la tragedia con un texto titulado “Las víctimas de Amuay”, donde relata lo que le ocurrió a Atilio Amaya, el cual reproducimos a continuación:
Las víctimas de Amuay:
Atilio Amaya: eran las 5 de la tarde del 24 de agosto de 2012 cuando Atilio salió de su casa a trabajar en la refinería Amuay, a las 12:45 am del 25 de agosto de 2012 Atilio está abajo de una tubería, no sabe qué le pasa, solo escuchó un estruendo, desde ese momento no oyó más, pegando gritos logró que lo rescataran, estaba con daños en las caderas, en los miembros superiores e inferiores, los oídos reventados.
Logró sobrevivir a la explosión, luego vino su tragedia para él y su familia, PDVSA no reconoció la explosión como un accidente, argumentó “un sabotaje”, para Atilio esto fue su tránsito hacia la muerte, nunca le reconocieron como víctima de esta explosión.
Lo último que hizo Atilio, hace tres meses, fue a servicios médicos de la Refinería Amuay a solicitar unas medicinas para tratar su corazón muy deteriorado, no se las dieron, lo mandaron para un CDI.
Atilio murió infartado a los 5 días, esperando respuesta y reconocimiento a su tragedia causada por una tiranía criminal, y así están todos los sobrevivientes de esta tragedia.
Es por ello que demandaremos a nivel internacional exigiendo indemnizar a todas las víctimas de esta tragedia, nuestra lucha para que impere la justicia va a vencer. Dios tenga en su gloria a Atilio Amaya, un Gran Trabajador Paraguanero.
La tragedia
A las 12:35 a. m. del 25 de agosto de 2012 se recibe la primera alerta sobre la fuga de propano en el bloque 23 de almacenamiento del CRP Amuay, lo que provocó que los bomberos de PDVSA actuaran acordonando la zona, cerrando la Avenida Bolívar de Judibana y la Av. Intercomunal Alí Primera.
A la 1:07 a. m. se produce la explosión de los gases acumulados por la fuga que ocasionó una onda expansiva de gran magnitud, trayendo como consecuencia la destrucción de viviendas, estructuras aledañas y el Destacamento N.º 44 de la Guardia Nacional.
Además, las ondas expansivas provocaron pánico en la población cercana, por lo que sus habitantes evacuaron la zona por iniciativa propia.
El entonces ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, declaró que la causa de las explosiones fue la formación de una nube de gas tras una fuga. Fueron afectados nueve tanques de la zona del bloque 23 de almacenamiento por las fuertes llamas que se instalaron en los tanques 200, 203 y 204. El fuego de este último fue apaciguado el 28 de agosto en horas de la mañana, luego de que se consumiera en su totalidad el contenido del tanque.
Además de la refinería, más de 1.600 viviendas resultaron dañadas por la onda expansiva.
Hacia las 9 de la mañana del 25 de agosto, las autoridades manifestaron que el incendio estaba controlado y que los heridos fueron asistidos en el hospital Calles Sierra de Punto Fijo y en el hospital Coromoto de Maracaibo. La comunidad de Punto Fijo prestó espacios para los servicios de salud.
Para el día 26 de agosto, la cifra de muertos se elevaba a 41 y la de heridos a 86. Un niño de 10 años estaba entre los muertos. Para el día 27 de agosto, la cifra de muertos se elevaba a 48 y la de heridos a 156.
El 28 de agosto, luego de cuatro días, las llamas fueron extinguidas en su totalidad.
La tarde del 4 de septiembre, uno de los tanques volvió a encenderse en llamas, lo cual fue controlado por los bomberos rápidamente.
Daños irreparables
En otro post, Iván Freites hace énfasis en que “los daños y consecuencias de la explosión de Amuay no se registraron en los reportes”.
Denuncia que “la versión resumida fue un acto de sabotaje para evadir las indemnizaciones a las víctimas y las responsabilidades de quienes dirigían a PDVSA en ese momento”. Rafael Ramírez era el presidente de la petrolera.
Agrega que “la explosión de Amuay en agosto de 2012 fue el resultado de una política de destrucción, sistemática y continuada, de nuestra industria petrolera”.
Sin embargo, el dirigente asevera que “el país político y sus dirigentes tanto en el gobierno como en los partidos de oposición tienen una deuda con los sobrevivientes de esa tragedia y con las familias de las víctimas fatales”.
Asegura que “es una deuda que no prescribe, que no puede ni debe olvidarse, que es una verruga en la cara democrática que pretenden presentar al mundo el actual régimen y sus colaboradores políticos”.
“Y a Nicolás Maduro le digo que si permitió que un ministro, ahora el fantasma Tareck, protagonizara el histórico robo de $23,000 millones, pues también tiene que existir el dinero para devolverle a los trabajadores sus prestaciones sociales, su fondo de ahorro e indemnizar a las víctimas de Amuay”.
“Anuncio a esta Asamblea Nacional que estamos muy lejos de claudicar, por el contrario, introduciremos una demanda de pago de indemnizaciones a las víctimas de la explosión de Amuay del 25 de agosto de 2012”, concluyó.