La historia de las mujeres ostreras de La Restinga es un símbolo de la fuerza y el coraje femenina en el estado Nueva Esparta.
En la isla de Margarita del Nueva Esparta, la vida gira en torno al mar y las mujeres desempeñan labores que a menudo pasan desapercibidas.
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Cada mañana, antes de que salga el sol, Manuela y Cruz Vásquez se levantan para preparar café y desayuno antes de partir a su trabajo.
Mujeres ostreras de La Restinga:
Desde hace más de 30 años, estas hermanas se dedican a la extracción de ostras en los manglares del Parque Nacional Laguna de La Restinga.
Remando en sus pequeños botes bajo el sol abrasador, estas mujeres se abren camino en un humedal costero de 18.700 hectáreas para extraer la ostra de mangle (Crassostrea rhizophorae).
Esta actividad, que ha sido tradicionalmente realizada por mujeres en La Restinga, es una forma en que los lugareños han dividido las labores del mar.
Petrica Aguilera, antropóloga y doctora en Patrimonio Cultural, explica que la participación femenina en la actividad pesquera insular, y específicamente en la extracción de ostras, responde a la forma en que se han distribuido las tareas en la alimentación.
Además, Aguilera destaca que en Nueva Esparta, las mujeres juegan un papel significativo en las familias y en las faenas laborales.
Según Francisco Castañeda, antropólogo y miembro de la Academia de la Historia de Nueva Esparta, la sociedad guaiquerí ancestral tiene una herencia matrilineal que se evidencia en el importante papel que históricamente ha desempeñado la mujer margariteña como responsable y conductora del hogar.
Fuerza ancestral de mujeres
La fuerza ancestral de estas mujeres se refleja en su habilidad para realizar esta labor ardua y peligrosa.
Aunque Manuela y Cruz aseguran que extraer ostras “no tiene ciencia”, es fácil lastimarse las manos al introducirlas entre las raíces y rozar las filosas conchas marinas.
Además de enfrentar los peligros del trabajo, estas mujeres tienen que lidiar con otros desafíos.
La pandemia ha reducido drásticamente el turismo en la isla, lo que ha afectado gravemente sus ingresos.
Altos costos
Además, los altos costos han hecho que hombres empiecen a hacer la labor de forma irregular y sin vigilancia, lo que está dañando el ecosistema.
A pesar de estos desafíos, las ostreras de La Restinga siguen luchando por su subsistencia.
Estas mujeres son verdaderas “vergatarias”, como ellas mismas se describen, trabajadoras incansables que no se detienen por nada.
Las autoridades deben trabajar para apoyar a estas mujeres y ayudarles a superar los desafíos que enfrentan.
Con un poco de ayuda, estas mujeres pueden seguir siendo un símbolo de la fuerza femenina en Nueva Esparta durante muchos años más.