Brasil registra un aumento en su déficit nominal durante los primeros siete meses del año. Según el Banco Central, este déficit asciende a 439.606 millones de reales (unos 90.083,2 millones de dólares), más del doble que en el mismo período del año pasado, lo que equivale al 7,21% del PIB del país.
En cuanto al déficit público nominal de Brasil hasta julio, que incluye el resultado del sector público primario y el pago de intereses de la deuda, ha aumentado un 147% en comparación con los primeros siete meses de 2022, alcanzando los 178.242 millones de reales (36.525 millones de dólares).
En los últimos doce meses, hasta julio, el déficit fue de 721.800 millones de reales (unos 147.909,8 millones de dólares), lo que equivale al 6,96% del PIB.
El Banco Central también ha informado que el déficit primario, que es el principal indicador utilizado en Brasil para medir la salud de las cuentas públicas, fue del 0,92% del PIB entre enero y julio, sumando 56.179 millones de reales (cerca de 11.416 millones de dólares). Este dato representa un deterioro en comparación con el mes anterior, cuando el déficit primario acumulado hasta junio se situaba en el 0,39% del PIB.
La deuda bruta pública de Brasil en julio alcanzó los 7,7 billones de reales (unos 1,58 billones de dólares), lo que equivale al 74,1% del PIB. Esto supone un aumento de 0,5 puntos porcentuales con respecto a junio (73,6% del PIB).
El control del déficit y de la deuda es uno de los principales desafíos económicos del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien ya ha logrado la aprobación en el Congreso de un nuevo marco fiscal con nuevas reglas para contener los desequilibrios de las cuentas públicas.
Además, el líder progresista ha presentado una reforma tributaria y ha prometido presentar esta misma semana una propuesta para el presupuesto de 2024, año en el que espera reducir a cero el déficit primario, que no incluye el pago de intereses de la deuda.