Con dos goles de Nicolás de la Cruz, uno de Federico Valverde y una nueva personalidad impuesta por Marcelo Bielsa, Uruguay inició su camino en las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de 2026 con una contundente victoria de 3-1 sobre Chile, a quien controló en casi todo momento.
En los primeros minutos, los equipos se midieron tímidamente. Sin embargo, pronto Uruguay comenzó a desplegar un fútbol audaz, rápido y bien planificado. Los balones recuperados se convirtieron en la llave para atacar el área rival con una intensidad poco común para la Celeste.
El primer gol, a los 38 minutos, fue obra del mediocampista De la Cruz. La jugada comenzó en el centro del campo con Ugarte, quien conectó con Maximiliano Araújo para enviar un pase en profundidad que parecía destinado a Darwin Núñez. Sin embargo, el delantero del Liverpool dejó pasar la pelota en el área pequeña y De la Cruz remató para enviar el balón al fondo de la red.
El segundo gol llegó cuando Ugarte recuperó el balón en el centro del campo, conectó con De la Cruz, quien pausó el juego y tocó cerca de la medialuna para Valverde. El mediocampista enganchó, se quitó la marca y disparó con fuerza al arco, venciendo al arquero Cortés, quien no pudo llegar al potente disparo contra el palo izquierdo, a los 46 minutos.
A los 20 minutos del segundo tiempo, ingresó Arturo Vidal, uno de los jugadores históricos de Chile. Poco después, Valverde condujo el balón hasta el área rival, luego de una jugada que involucró a Darwin Núñez, y nuevamente llegó a los pies de De La Cruz, quien festejó el tercer gol.
Pocos minutos después, Chile descontó con un gol de Vidal, muy atento en el área chica tras un rebote originado por un centro desde fuera del área. Fue la jugada más peligrosa que enfrentó Uruguay y que ni la defensa ni el portero Sergio Rochet pudieron resolver.
El próximo martes, Uruguay visitará a Ecuador en Quito, donde Bielsa y sus jugadores podrían seguir demostrando su juego ofensivo con iniciativa, audacia y sorpresa, que dejaron satisfecho al público en Montevideo.
AP