El alcalde de la ciudad de Nueva York, Erick Adams, pronunció en un evento en la Gran Manzana que la llegada de alrededor de 10 mil migrantes al mes “destruirá Nueva York”.
En sus palabras, explicó que inicialmente los migrantes provenían de Venezuela, pero en los últimos meses han comenzado a llegar de otros países como Ecuador, Rusia e incluso naciones africanas.
“Nunca en mi vida me había enfrentado a un problema al que no le viera un final. Pero a esto no le veo un final”, aseguró el alcalde demócrata, quien ha estado presionando al gobierno de Joe Biden para que envíe recursos federales y atienda la emergencia generada por el gran número de migrantes que llegan a la ciudad.
En una parte de sus declaraciones, fue aún más enfático al afirmar: “Esta situación destruirá la Ciudad de Nueva York”.
En cuanto a la procedencia de los migrantes que llegan a Nueva York, la ciudad está obligada por ley a recibirlos y brindarles refugio. El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, en oposición a la política migratoria de Biden, envía a los inmigrantes que ingresan por la frontera con México a ciudades gobernadas por demócratas como la Gran Manzana.
“Antes recibíamos migrantes de Venezuela, ahora de Ecuador. Tenemos rusos cruzando por México, gente del oeste de África, tenemos personas de todo el mundo ingresando por la frontera sur”, mencionó Adams.
Explicó que necesitan 12.000 millones de dólares al mes para atender el número de migrantes, lo que representa un recorte en otros servicios del presupuesto municipal.
Se estima que alrededor de 110.000 migrantes llegaron a Nueva York en el último año, y más de la mitad se encuentran en albergues administrados por la gestión de Adams.
En enero pasado, el alcalde advirtió sobre la incapacidad para responder al aumento de personas en movimiento que eligen viajar a Nueva York.
“Si la ciudad sigue viendo cómo aumentan las cifras, también tendremos que aumentar nuestras estimaciones”, dijo Adams, al informar que el viernes 13 de enero llegaron un promedio de 400 nuevas personas al día, lo que amenaza con desbordar los albergues y hoteles que la ciudad está utilizando para alojarlos.
Finalmente, sus proyecciones se cumplieron a mediados de año, con personas fuera de hoteles y albergues esperando recibir alojamiento.