Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, arribó el viernes 15 de septiembre a Estados Unidos después de ser extraditado desde México, confirmó la Justicia estadounidense.
Según el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, esta acción es el paso más reciente en el esfuerzo del Departamento de Justicia para atacar todos los aspectos de las operaciones del cartel de Sinaloa.
Guzmán, quien fue arrestado por las autoridades mexicanas en enero de este año, era uno de los narcotraficantes más buscados por Washington por su participación en el tráfico de fentanilo y ahora se enfrenta a una serie de cargos federales en diferentes tribunales del país.
El fiscal agradeció al Gobierno mexicano por lograr el traslado de Guzmán y aseguró que EE.UU. seguirá trabajando para traer ante la Justicia a los responsables de alimentar la epidemia de opioides que ha devastado a comunidades en todo el país.
En abril de este año, la Justicia estadounidense presentó cargos en tres distritos federales distintos contra Guzmán y tres de sus hermanos por haber presuntamente asumido el liderazgo del Cartel de Sinaloa tras el arresto y la posterior extradición de su padre a Estados Unidos.
Los cargos se emitieron como parte de una investigación sobre la mayor y más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo, liderada por el citado cartel y alimentada por compañías farmacéuticas chinas.
Según Washington, el cartel de Sinaloa es el cartel narcotraficante más poderoso del mundo y responsable en gran parte de la producción y manufactura de fentanilo para su distribución en EE.UU., donde esa droga es la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 49 años.
Guzmán y sus hermanos, conocidos como los “Chapitos”, también fueron acusados de transportar sistemáticamente toneladas de cocaína desde y a través de Sur y Centroamérica hasta EE.UU., de acuerdo con el Departamento de Justicia.
Las autoridades estadounidenses apuntan que esa organización ha estado involucrada en actividades de tráfico de drogas hacia EE.UU. y violencia desde hace más de una década y media.
El Ejército mexicano detuvo el 5 de enero a Guzmán en el norteño estado de Sinaloa y después lo trasladó al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1 Altiplano, conocido también como el penal de Almoloya, ubicado en el Estado de México, donde también estuvo recluido su padre, quien escapó de ahí en 2015.
La detención sorprendió al ocurrir días antes de la visita a México del presidente estadounidense, Joe Biden, con motivo de la Cumbre de Líderes de América del Norte, aunque el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, negó cualquier relación entre los dos hechos.
Estados Unidos, que ofrecía 5 millones de dólares por su captura desde diciembre de 2021, acusa al presunto narcotraficante de delitos que versan sobre la conspiración para la introducción de drogas a ese país.