Algunas de las integrantes de la selección femenina de España se presentaron el martes a los entrenamientos del equipo a pesar de su manifiesto deseo de no ser convocadas, insistiendo en sus reclamos por cambios en la federación nacional de fútbol.
Medios locales difundieron las imágenes de las jugadoras al llegar a un hotel de Madrid, donde tuvieron un breve encuentro previo a embarcarse rumbo a Valencia. Esto sucedió un día después de que la nueva seleccionadora Montse Tomé hiciera caso omiso de sus demandas de no ser tomadas en cuenta hasta que se cumplan sus demandas de reformas en la federación.
Las jugadoras expresaron el lunes en un comunicado que el llamado les tomó por sorpresa y que no contemplan poner fin a su boicot, pero el no presentarse a la concentración arrastra el riesgo de quebrantar la legislación española que obliga a los deportistas a acatar las convocatorias a las selecciones nacionales, a menos que existan circunstancias que se lo impidan, como una lesión.
Una jugadora, la arquera Misa Rodríguez, respondió con un “no” cuando le preguntaron si estaba contenta de estar con el equipo en Madrid.
En lugar de calmar la situación con la convocatoria, la decisión de la federación provocó que el gobierno nacional interviniera para mediar directamente con las jugadoras.
Víctor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes, señaló que se reunirá con las jugadoras en Valencia el martes. También criticó el manejo de la situación por parte de la federación.
“El Gobierno ha dejado que la federación pudiera hablar con las jugadoras, ha dejado todo el margen de maniobra, por eso hemos sido tan prudentes de ni siquiera hablar con ninguna de ellas hasta que ha pasado lo que ha pasado”, dijo Francos en una entrevista televisiva. “Pero ayer hicimos el ridículo como país, es inaceptable y esta mañana me he puesto en contacto con algunas de ellas”.
Añadió que las jugadoras “estaban mal, muy mal”.
“La verdad es que la impresión que me he llevado es negativa en el peor de los sentidos. No he visto rencor, no he visto malas formas, he visto pesar, tristeza y cansancio, y por eso he decidido ir a apoyarlas”, indicó.
Se trata del más reciente episodio bochornoso en el fútbol español, sumido en una crisis provocada cuando el expresidente de la federación, Luis Rubiales, besó a la jugadora Jenni Hermoso en los labios luego de que España conquistó la Copa Mundial el mes pasado.
Hermoso, quien asegura no consintió ser besada durante la ceremonia, acusó a la federación de tratar de intimidar a las jugadoras al citarlas en contra de su voluntad.
En un comunicado publicado temprano el martes, la delantera del Pachuca de México dijo que la decisión de convocar a casi la mitad de las 39 jugadoras que manifestaron que no querían ser incluidas en la convocatoria es una “prueba indiscutible” de que “nada ha cambiado”.
“Las jugadoras tenemos muy claro que es otra estrategia de división y manipulación para intimidar y amenazarnos con repercusiones legales y sanciones económicas. Otra prueba indiscutible que demuestra que nada ha cambiado a día de hoy y que confirma la razón por la que estamos luchando y cómo lo estamos haciendo”.
Las futbolistas habían indicado que no aceptarían ser convocadas a menos que se cumplieran sus exigencias de cambios significativos y una nueva dirigencia en la federación, pero Tomé convocó a 15 de las jugadoras que capturaron el primer título para España en un Mundial femenino.
Tomé no incluyó a Hermoso en la lista “para protegerla”, según dijo la seleccionada.
“¿Protegerme de qué?”, respondió Hermoso. “Llevamos semanas, meses, buscando esa protección que dentro de la misma federación no hemos podido encontrar. Las mismas personas que nos piden confianza son las que hoy lanzan una lista con jugadoras que han pedido no ser convocadas”.
España se enfrenta a un par de partidos de la Liga de Naciones de la UEFA, el primero contra Suecia este viernes y luego contra Suiza el 26 de septiembre.