La famosa cárcel de Tocorón fue tomada este miércoles por al menos 11 mil agentes de seguridad del estado, dejando al descubierto una vez más las debilidades del sistema penitenciario nacional. Según el Ministerio de Interiores y Justicia del Gobierno de Nicolás Maduro, “Tocorón se acabó”, lo que reduce el alcance de las bandas delictivas que operaban desde el recinto carcelario. Sin embargo, Ronna Rísquez, periodista especializada en investigación y autora de un libro sobre el origen de esta megabanda, afirma que la toma de la cárcel no significa el desmantelamiento del Tren de Aragua.
Según Rísquez, esta operación en Tocorón podría ser una estrategia del Gobierno de Maduro para lavar su imagen ante la comunidad internacional después del reciente informe de la ONU sobre los derechos humanos en Venezuela. Además, no descarta la posibilidad de que esta haya sido una toma concertada entre las autoridades y los pranes de la cárcel.
En cuanto al éxito del operativo, Rísquez señala que aún es temprano para calificarlo, ya que hay que esperar para ver cuál será el impacto de esta medida. Aunque la salida del penal afectará la organización del Tren de Aragua al perder su base de operaciones, esto no implica su desarticulación completa. Además, Rísquez destaca que el sistema de pranato está presente en al menos 8 centros penales del país y que el Gobierno ha sido consciente de ello durante años, a pesar de su negación.
En resumen, la toma de la cárcel de Tocorón pone de manifiesto las debilidades del sistema penitenciario venezolano y plantea interrogantes sobre las intenciones y los resultados reales de esta operación.