En marzo de 2022, tres semanas después de que Rusia lanzara su invasión contra Ucrania, el jefe del gobierno polaco, el primer ministro Mateusz Morawiecki, viajó en tren a la capital ucraniana para reunirse con el presidente Volodymyr Zelensky y ofrecerle “todo su apoyo”. Morawiecki estuvo acompañado por sus contrapartes de la República Checa y Eslovenia, siendo los tres primeros jefes de estado en mostrar su apoyo a Ucrania mientras el bombardeo ruso se acercaba a la capital, Kyiv. Ahora, 18 meses después, la relación entre los acérrimos aliados, Varsovia y Kyiv, ha dado un giro drástico.
El miércoles, Mateusz Morawiecki anunció que “ya no entregaremos armas a Ucrania porque ahora estamos armando a Polonia con armamento más moderno”, dijo el primer ministro al canal de noticias polaco Polsat News. Sus declaraciones se produjeron después de que, el martes, Polonia convocara al embajador de Ucrania para protestar por los comentarios que hizo el presidente Zelensky en la sede de Naciones Unidas. Durante su discurso en la ONU en Nueva York, Zelensky dijo: “Es alarmante ver cómo algunos en Europa representan la solidaridad en un teatro político, haciendo una obra de suspenso con cereales”. En otras palabras, Zelensky acusó a Varsovia de “seguir el juego” de Rusia después de que Polonia y otros países centroeuropeos prohibieran las importaciones de cereales ucranianos para proteger los intereses de sus agricultores. Varsovia denunció las palabras del presidente ucraniano como “injustificadas en lo que concierne a Polonia, que ha apoyado a Ucrania desde los primeros días de la guerra”.
Desde el inicio de la invasión, Polonia ha enviado armas y ayuda humanitaria a Ucrania y ha abierto sus fronteras a los refugiados de ese país. Pero la relación entre ambos comenzó a agriarse desde mayo pasado debido a un acuerdo de la Unión Europea (UE) que restringía las importaciones de grano ucraniano. Debido a la invasión rusa en Ucrania se cerraron las rutas marítimas del Mar Negro que antes de la guerra se utilizaban para el transporte de grano ucraniano. Esto convirtió a la UE en una importante ruta de tránsito y destino de exportación para el producto. En mayo, la UE acordó prohibir las importaciones de granos ucranianos a cinco países vecinos: Polonia, Hungría, Eslovaquia, Rumania y Bulgaria. Los países habían dicho que el aumento inesperado de granos ucranianos, de bajo costo y libres de aranceles, estaba hundiendo los precios para los agricultores locales y causando “estragos económicos”. El acuerdo permitía que los granos fueran transportados por los cinco países, pero prohibían su venta y almacenamiento en el mercado local. Pero el 15 de septiembre, la Comisión Europea dijo que pondría fin a la prohibición de las importaciones, argumentando que “las distorsiones del mercado en los cinco estados miembros fronterizos con Ucrania han desaparecido”. De inmediato, Polonia, Hungría y Eslovaquia anunciaron que desafiarían la medida y continuarían con las restricciones.
En su discurso ante la ONU, Zelensky sugirió que esa decisión era “hipócrita y perjudicial” para su país. Y sus palabras provocaron una respuesta airada de Polonia, que convocó al embajador de Ucrania y posteriormente anunció el fin de sus abastecimiento de armas a Ucrania. “Protegiendo a los agricultores”
A principios de esta semana, Ucrania presentó demandas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra Polonia, Hungría y Eslovaquia por las prohibiciones que, según dijo, constituían una violación de las obligaciones internacionales. La ministra de Economía de Ucrania, Yulia Svyrydenko, dijo que era “de vital importancia para nosotros demostrar que los estados miembros individuales no pueden prohibir las importaciones de productos ucranianos”. Pero Polonia dijo que mantendría la prohibición y que “una queja ante la OMC no nos impresiona”.
En sus declaraciones a la TV polaca, el primer ministro Morawiecki insistió en que Polonia estaba ayudando a Ucrania a derrotar al “bárbaro ruso”, pero indicó que no aceptaría que los mercados de Polonia fueran desestabilizados por las importaciones de granos. “Estoy advirtiendo a las autoridades de Ucrania. Porque si ellos intensifican la disputa, añadiremos productos adicionales a la prohibición de importaciones a Polonia. Las autoridades ucranianas no comprenden hasta qué punto se ha desestabilizado la industria agrícola de Polonia. Estamos protegiendo a los agricultores polacos”, declaró Morawiecki.
A pesar de la prohibición, Polonia, Hungría y Eslovaquia dijeron que seguirían permitiendo el transporte de cereales a través de su territorio a otros mercados. Ucrania es uno de los mayores exportadores de granos.
No se espera que las exportaciones de armas polacas a Ucrania se detengan por completo, ya que el fabricante polaco PGZ debe enviar alrededor de 60 armas de artillería Krab en los próximos meses. El anuncio de Morawiecki, dicen los expertos, es más bien retórico ya que la mayoría de la ayuda militar que Polonia tenía disponible fue transferida a Ucrania en los primeros meses de la guerra y no tiene más armas que ofrecer. El partido gobernante de Polonia, el derechista Ley y Justicia, ha intensificado su retórica en las últimas semanas en medio de una enconada campaña electoral, en vista a las elecciones parlamentarias del 15 de octubre. Y en varias ocasiones los miembros del partido han salido en defensa de los agricultores polacos que se sienten amenazados por las importaciones de cereales ucranianos. “Fuimos los primeros en hacer mucho por Ucrania y por eso esperamos que comprendan nuestros intereses”, le dijo Morawiecki a Polsat News. “Por supuesto que respetamos todos sus problemas, pero para nosotros los intereses de nuestros agricultores son lo más importante”, agregó el primer ministro.