La NASA logró traer a la Tierra una muestra de un asteroide por primera vez en la historia. Los científicos esperan que esta muestra proporcione información única sobre el origen de la vida y la formación del sistema solar hace aproximadamente 4.500 millones de años.
La cápsula de la NASA que contiene las muestras del asteroide Bennu aterrizó en el desierto de Utah, Estados Unidos, poniendo fin a un viaje de siete años. Esta es la primera vez que la NASA logra traer muestras de un asteroide a la Tierra. La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró recuperar restos de asteroides en 2020, pero en cantidades mínimas.
La misión de la NASA, llamada Osiris-Rex, espera haber recolectado 250 gramos de restos del asteroide Bennu, aunque los científicos no podrán confirmarlo hasta que abran la cápsula en dos días.
Según Lucas Paganini, científico planetario argentino de la NASA, Bennu contiene moléculas que se remontan a la formación del sistema solar hace 4.500 millones de años. Estas moléculas podrían arrojar luz sobre preguntas que han intrigado a la humanidad durante siglos, como el origen de la vida y del sistema solar.
Los científicos creen que estas moléculas podrían haber llegado a nuestro planeta a bordo de meteoritos. El análisis de la composición de Bennu les ayudará a comprobar esta hipótesis y aclarar el papel que podrían haber desempeñado los cuerpos celestes en el origen de la vida.
Bennu fue elegido por los científicos debido a su riqueza en moléculas orgánicas y a su órbita conocida, lo que facilitó la aproximación de la nave nodriza Osiris-Rex para tomar muestras.
La cápsula, del tamaño de una cuba de bebé, aterrizó en el desierto de Utah tras enfrentar altas temperaturas y reducir su velocidad durante el descenso a la Tierra.
Después de su aterrizaje, la cápsula será llevada a una sala hermética en una base militar cercana para evitar cualquier contaminación. Posteriormente, será transportada al Centro Espacial Johnson de la NASA en Texas para su preservación y estudio en condiciones ideales.
Aproximadamente el 70% de los restos se preservarán, lo que permitirá a las futuras generaciones de científicos investigar con tecnología aún más avanzada.
Con este logro, la NASA ha culminado una aventura que comenzó en 2016 con el lanzamiento de la nave Osiris-Rex desde Cabo Cañaveral, Florida.