“El gobierno de Chile baila en DDHH como los albatros”. Braulio Jatar analiza el editorial de Mosciatti sobre DDHH.
SANTIAGO.- La cuidadosa selección de pareja del albatros, que puede llevar años, se convierte en analogía para describir la postura del Gobierno chileno frente a los Derechos Humanos. Braulio Jatar, ex preso político y defensor de los DDHH, profundiza sobre el editorial audiovisual de Tomás Mosciatti.
“Boric criticó con dureza a Nicaragua, apuntando al régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Sin embargo, en cuanto a Cuba y Venezuela, solicitó aliviar las sanciones pero evitó comentar sobre las claras violaciones a los derechos humanos en esos territorios”, apunta Mosciatti.
“La reflexión de Tomás en su programa de YouTube en Bio Bio me perturba profundamente”, señala Jatar, aludiendo al extenso análisis del periodista sobre la evolución de las doctrinas de delitos de lesa humanidad.
En palabras de Jatar: “Los albatros, antes de decidir con quien quedarse, bailan extensamente con varias candidatas. Una vez elegida su pareja, mantienen un vínculo que puede perdurar por unos 50 años, finalizando únicamente con la desaparición de uno de ellos”.
Cinco décadas la misma historia
El 50° aniversario brindó a Gabriel Boric la oportunidad de expresarse sobre derechos humanos en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, se notaron omisiones, especialmente al no criticar la situación en Cuba y Venezuela. “Esta omisión muestra una doble moral”, destaca Jatar, coincidiendo con Mosciatti.
El reconocido periodista chileno en su editorial, hace hincapié en la gravedad de las denuncias sobre crímenes de lesa humanidad y la represión en Venezuela, respaldado por informes de la ONU. “¿Por qué Boric se refiere a Nicaragua y omite a Maduro y a Cuba, que persiste como dictadura desde 1959, sin diversidad política ni transparencia electoral?”, plantea Jatar, reafirmando las preocupaciones del comunicador.
La postura de Mosciatti cuestiona la congruencia en el discurso del gobierno de Chile. Jatar señala: “No podemos danzar al ritmo del albatros, demorando por décadas la identificación de aquellos que violentan los derechos fundamentales”.
Según Jatar, el desafío de Boric va más allá de fijar una dirección en este baile: debe ser coherente, transparente y respetuoso de los derechos humanos, sin distinción entre violaciones de derechas o izquierdas sean del pasado o del presente. “Los derechos fundamentales son universales y atemporales”.