Expertos advierten que el cierre de la selva del Darién podría empeorar la crisis migratoria en países como Estados Unidos, Colombia y Panamá. A pesar de los esfuerzos realizados para contener el flujo de migrantes, cerrar este paso podría tener consecuencias negativas.
Un informe publicado por el Instituto para las Políticas Migratorias y escrito por el subdirector de Human Rights Watch, Juan Pappier, destaca la peligrosidad de cerrar la selva del Darién. El documento ofrece un análisis histórico del tránsito por esta zona y describe los dramáticos momentos vividos en los últimos tres años.
Según el informe, mientras que en la década anterior se registraban menos de 11.000 migrantes anuales, en lo que va de 2023 esta cifra se ha elevado a casi medio millón. Además, se señala que es poco probable que la crisis se detenga a corto plazo. Por lo tanto, cerrar el Darién podría agravar aún más el flujo de migrantes indocumentados.
El informe afirma que la migración a través del Darién no va a terminar en el futuro cercano, ya que esta ruta es el último recurso para los migrantes. Tratar de disuadir a los migrantes de cruzar o cerrar las rutas establecidas no detendrá a aquellos que ya están en camino ni a los futuros migrantes.
Una de las razones fundamentales es que los factores que impulsan a las personas a emprender este viaje no han desaparecido, e incluso han empeorado en los últimos meses y años. Si las autoridades intensifican sus esfuerzos para detener la migración a través del Darién, es probable que cambien las rutas, los riesgos y la recepción que reciben los migrantes en ambos lados de la frontera. Las necesidades de las personas desplazadas persistirán.
Las investigaciones demuestran que bloquear las rutas establecidas no pone fin a la migración, sino que empuja a las personas hacia rutas más peligrosas. Si las rutas terrestres se vuelven inaccesibles, es probable que se utilicen con mayor frecuencia las rutas marítimas y otras rutas más remotas en la selva.
En resumen, el cierre de la selva del Darién podría agravar la crisis migratoria, ya que no detendría el flujo de migrantes y empujaría a las personas a buscar rutas más peligrosas. Las autoridades deben considerar otras estrategias para abordar este problema.