Unos 1.600 migrantes son trasladados de manera directa y coordinada entre Panamá y Costa Rica en medio de la crisis migratoria que afecta al continente. Para bajar la tensión en la frontera, una treintena de autobuses comenzó su trayecto este martes.
María Isabel Saravia, subdirectora del Servicio Nacional de Migración de Panamá, informó que los primeros nueve autobuses, con 593 migrantes, cruzaron la frontera de Paso Canoas para dirigirse al Centro de Atención Temporal de Migrantes en Costa Rica. Saravia indicó que en total avanzarán 30 autobuses con 1.593 personas migrantes, aunque esta cifra puede variar según la cantidad de migrantes en las estaciones de la provincia panameña del Darién.
Panamá ha implementado desde hace años la operación de flujo controlado, que consiste en acoger a los migrantes sin documentos en estaciones ubicadas en la frontera sur (Darién) y norte (Los Planes de Gualaca). En estas estaciones se toman los datos biométricos de los migrantes y se les brinda asistencia de salud y alimentación. Antes, los migrantes eran llevados en autobuses hasta la frontera de Paso Canoas, pero ahora se dirigen directamente al Centro de Atención Temporal de Migrantes en Costa Rica, tras pagar un pasaje de 60 dólares por persona.
Esta medida busca reducir las tensiones y los incidentes que han ocurrido en las comunidades fronterizas, donde los migrantes han generado conflictos al dormir en las aceras y realizar ventas ambulantes para obtener dinero. Este año, más de 420.000 migrantes, especialmente venezolanos, han cruzado la peligrosa selva del Darién en su camino hacia Estados Unidos. Según Saravia, el 21% de los migrantes son menores y adolescentes, y de ellos, el 50% tienen 5 años o menos.
En resumen, el traslado directo y coordinado de migrantes entre Panamá y Costa Rica busca aliviar la crisis migratoria en la región. Esta medida, implementada a través de la operación de flujo controlado, pretende reducir la tensión en la frontera y brindar asistencia a los migrantes.
Con información de Efecto Cocuyo