Las perspectivas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Latinoamérica y el Caribe son algo más alentadoras que las que ofreció hace apenas una semana el Banco Mundial. Según el FMI, la economía de la región se desacelerará y crecerá casi la mitad que en 2022, debido en parte a un contexto internacional de lentitud en los países más desarrollados y sus principales socios comerciales.
De acuerdo con el informe “Perspectivas económicas: Las Américas” presentado por el FMI, se espera que el crecimiento económico regional se modere de un 4,1 % en 2022 a un 2,3 % en 2023.
El director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, expresó que América Latina ha enfrentado exitosamente los recientes shocks mundiales y ha tenido un sólido desempeño, pero el crecimiento se está debilitando debido a las políticas más restrictivas adoptadas para contener la inflación y al deterioro del entorno externo.
Los países de la región enfrentan la presión de las altas tasas de interés implementadas en todo el mundo para frenar la inflación, lo que ha impactado la economía mundial y ha frenado el crecimiento incluso en los países más desarrollados, como Estados Unidos. Además, las condiciones de financiamiento externo son menos favorables y los precios de las materias primas han disminuido.
El FMI advierte que las perspectivas de crecimiento para Latinoamérica son menos alentadoras que para otras regiones emergentes y en vías de desarrollo, que se espera que crezcan en promedio un 4,5% en los próximos años.
En cuanto a la inflación, el FMI señala que, con excepción de Argentina y Venezuela, ha disminuido en la región y se espera que en promedio sea del 5 % en 2023, por debajo del 7,8 % del 2022. Sin embargo, también advierte sobre la necesidad de prestar atención a las tensiones sociales.
El director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI destaca que, a pesar de los avances logrados en las décadas pasadas, la pobreza y la desigualdad siguen siendo altas en la región. Por lo tanto, es necesario reforzar la cohesión social, fortalecer los mecanismos de protección social y abordar el problema de la inseguridad para atraer inversiones externas.
Según proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el 32,1 % de los latinoamericanos vive en la pobreza y un 13,1 % en la pobreza extrema.
El FMI coincide con el Banco Mundial en que las bajas perspectivas de crecimiento no solo se deben a condiciones externas desfavorables, sino también a problemas estructurales que llevan décadas.
Con información de Primicia