El aumento de suicidios en Nueva Esparta ha generado preocupación en la entidad insular y ha llamado la atención de las autoridades y especialistas en salud mental.
Según el Observatorio Venezolano de Violencia Nueva Esparta, en lo que va de año se han registrado 18 casos y dos intentos frustrados, lo que evidencia la escalada de este problema de salud pública en el estado.
Lee tambien: Incidente en ascensor del Hospital Luis Ortega pone en peligro atención médica
Lo más alarmante es que del total de estos fatídicos eventos, 16 corresponden a personas del género masculino, lo que significa que el 88,8% de las víctimas de suicidio fueron hombres.
Las edades oscilan entre 46 y 64 años y jóvenes entre 20 y 34 años.
En cuanto al género femenino, se contabilizaron cuatro casos en este mismo lapso, incluidos los dos intentos frustrados ocurridos en junio y septiembre.
La depresión es el principal detonante que ha llevado a las personas a poner fin a sus vidas, en el 82% de los casos, provocado por la situación económica y el sentimiento de abandono generado por la migración de familiares.
Según las distintas versiones conocidas a través del monitoreo de prensa, en Venezuela, entre los principales factores de riesgo que llevan a que un importante número de personas, de diferentes edades, a tener comportamientos suicidas, están los índices elevados de pobreza y el incremento de la desigualdad social.
En el ámbito mundial también existe una importante brecha de género entre quienes cometen suicidio.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los hombres tienen tres veces más posibilidades de morir por suicidio en Australia; 3,5 veces en Estados Unidos, y más de cuatro veces en Rusia y Argentina. Entre las razones que podrían explicar este fenómeno es que los hombres tienden a emplear métodos más letales, como el ahorcamiento, armas de fuego y precipitación.
Otra razón es que los hombres son más reacios a recibir ayuda u orientación de parte de un familiar, amigo o especialista.
Se niegan más a ir a un psicólogo o psiquiatra. Las causas también guardan relación con la presión social y cultural que recae sobre ellos.
El hombre, al parecer, es más débil emocionalmente que la mujer, se estresa con más facilidad bajo situaciones adversas, está acostumbrado a ser el proveedor y cuando eso no lo puede lograr, pueden aparecer pensamientos negativos, tensiones y/o presiones fuertes que pueden conducir a un buen número al suicidio.
En esto también interviene el machismo, eso de que los hombres no lloran, el macho alfa, etc.
Pese al drama que implica tanto para la víctima como para sus familiares y allegados, el tema del suicidio debe ser atendido sin estigmas ni tabúes, como lo ha exhortado la OMS, a fin de centrarse en la prevención de este problema que anualmente provoca la muerte de unas 700.000 personas en todo el mundo.
En vista del aumento de suicidios en la entidad y el país, es importante que no se eluda informar sobre estos hechos de forma adecuada, desde los medios y las instituciones, ajustándose a manuales para el manejo de la información en esta materia que contribuyan a la prevención y sensibilización acerca del problema.
Y es necesario que se optimicen los mecanismos de investigación policial que permitan determinar las causas de las muertes que estén bajo sospecha de violencia autoinfligida.
Es necesario diseñar e implementar programas de prevención a través de medios e instituciones acerca de este grave problema.