El papa Francisco se encuentra en medio de un enfrentamiento público con sectores conservadores de la Iglesia católica que se oponen a los aspectos progresistas de su agenda. Temas como el aborto, la comunidad LGTBI+ y el sacerdocio de mujeres están en el centro del debate. En las últimas semanas, el pontífice ha tomado decisiones significativas en relación a dos críticos prominentes de su gestión: el obispo estadounidense Joseph E. Strickland y el cardenal estadounidense Raymond Burke.
Strickland, conocido por ser seguidor del expresidente Donald Trump, fue destituido de la diócesis de Tyler, Texas, debido a malos manejos administrativos. Por su parte, Burke, quien ha expresado que “existe la sensación de que la iglesia está sin timón”, fue desalojado de su residencia en el Vaticano. Ambos han sido feroces opositores de Francisco.
Entre los temas que han generado más controversia se encuentra el matrimonio homosexual. El papa Francisco ha sugerido bendecir a las parejas del mismo sexo, lo cual ha generado críticas por parte de Strickland y Burke, quienes rechazan cualquier apertura hacia lo que ellos denominan como la “agenda homosexual”. Por otro lado, el papa ha mostrado apertura hacia las personas divorciadas que se han vuelto a casar para que puedan recibir los sacramentos, lo cual ha sido rechazado por Burke, quien considera que el matrimonio es indisoluble.
En relación al aborto, otro tema polémico, Burke ha tomado una postura radical al afirmar que los políticos católicos que apoyan la legalización del aborto no deberían recibir la eucaristía. Francisco, por su parte, ha sido claro al declarar que el aborto es un homicidio, pero ha permitido a todos los sacerdotes otorgar la “absolución sacramental” a este pecado, lo cual podría facilitar el regreso de fieles que se alejaron por esta postura.
En cuanto al sacerdocio de mujeres, Francisco ha expresado la importancia de abrir la jerarquía de la iglesia a las mujeres. Aunque existe un movimiento que promueve la ordenación sacerdotal de las mujeres, hasta el momento se ha planteado la ordenación de diáconos mujeres. Strickland ha criticado esta posibilidad, argumentando que la Iglesia no tiene autoridad para ordenar mujeres como sacerdotes.
El enfrentamiento entre el papa Francisco y los sectores conservadores de la Iglesia católica refleja las tensiones internas que existen en torno a temas progresistas. Mientras el pontífice busca implementar reformas y abrir espacios para la inclusión, sus críticos se aferran a la tradición y rechazan cualquier cambio en la doctrina de la Iglesia. Esta disputa podría tener un impacto significativo en el legado de Francisco y en el futuro de la Iglesia Católica Romana a nivel mundial.
Con información de efectococuyo.com