La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha instado a los países de la comunidad internacional a brindar ayuda humanitaria en todo el mundo. En particular, han solicitado 650 millones de dólares para Venezuela, convirtiéndose así en el país de América Latina con mayor necesidad de fondos. Esto no incluye los 1.600 millones de dólares que ya han sido solicitados por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional de Migraciones para atender a los migrantes venezolanos.
Los países que más fondos han solicitado son Siria (4.400 millones de dólares), Ucrania (3.100 millones), Afganistán (3.000 millones), Etiopía (2.900 millones) y Yemen (2.800 millones), todos ellos afectados por conflictos prolongados.
En el caso de los Territorios Palestinos, afectados por el conflicto con Israel, la ONU ha solicitado 1.200 millones de dólares, casi cinco veces más que el año pasado.
Estos conflictos tienen repercusiones internacionales debido al éxodo de refugiados, por lo que la ONU también ha solicitado fondos adicionales de 5.500 millones de dólares para asistir a los refugiados sirios, 1.500 millones para Sudán del Sur, 1.300 millones para Sudán y 1.000 millones para Ucrania.
En América Latina, la ONU ha pedido donaciones por un valor de 650 millones de dólares para ayudar a Venezuela, a los que se sumarían otros 1.600 millones para los países que reciben a los refugiados venezolanos. También se han solicitado 283 millones para Colombia, 87 millones para El Salvador, 125 millones para Guatemala, 673,8 millones para Haití y 205 millones para Honduras.
Estos y otros programas de ayuda tienen como objetivo ayudar a 180,5 millones de personas en todo el mundo, más de la mitad de los 300 millones que la ONU estima que necesitan asistencia humanitaria. La mayoría de estas personas se encuentran en África, Oriente Medio y el Magreb, Asia-Pacífico y América Latina.
Inicialmente, la ONU solicitó a los donantes 51.500 millones de dólares para el año en curso, pero debido a conflictos imprevistos y desastres naturales, como los terremotos en Turquía y Siria o las inundaciones en Libia, la solicitud se aumentó a 56.700 millones.
Sin embargo, las donaciones recibidas este año apenas superan los 20.000 millones de dólares, lo que ha obligado a la ONU a recortar programas de asistencia incluso en países donde la ayuda es urgentemente necesaria, como Afganistán y Myanmar. Esto representa solo un tercio de lo necesario, y si no se puede brindar más asistencia en 2024, las vidas de las personas estarán en peligro, advierte Martin Griffiths, Jefe de Coordinación Humanitaria de la ONU.
La ONU destaca que 2023 podría ser el primer año desde 2010 en el que la ayuda recibida sea menor que la del año anterior (en 2022 se recaudaron 24.100 millones de dólares).
Algunos países latinoamericanos han sido especialmente afectados por la escasa ayuda recibida este año. Honduras solo ha recibido el 15% de los 42,6 millones de dólares solicitados, y el programa de asistencia a los refugiados venezolanos en los países vecinos ha obtenido solo el 19% de los 328,1 millones de dólares requeridos.
La ONU señala que los conflictos, las crisis climáticas y las crisis económicas han provocado que 258 millones de personas sufran inseguridad alimentaria aguda, y más de 100 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, ya sea como refugiados en otros países o desplazados internos.
Sin embargo, también hay algunas buenas noticias. Países como Kenia, Malaui y Pakistán se están recuperando de crisis humanitarias y ya no necesitan ayuda. Además, la situación está mejorando en Somalia, que se está recuperando de años de sequía, y en Yemen, donde la guerra civil está disminuyendo y se están restableciendo los flujos comerciales y la llegada de combustible.
Con información de efectococuyo.com