El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó el 11 de diciembre la posibilidad de estudiar una iniciativa a favor de las «terapias de conversión». Estas prácticas, consideradas como tortura por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en contra de la población LGBTIQ+, seguirán prohibidas en Washington y en más de 20 estados del país.
El demandante, Brian Tingley, un consejero matrimonial apoyado por grupos cristianos, argumentó que la legislación estatal viola su libertad de expresión al prohibirle hablar sobre estas terapias con sus clientes. Sin embargo, la mayoría del alto tribunal le respondió que la ley regula conductas profesionales y no la libertad de expresión.
A pesar de esto, los jueces conservadores Clarence Thomas, Samuel Alito y Brett Kavanaugh se mostraron favorables a estudiar la impugnación.
¿Qué es una terapia de conversión?
Según la ONU, la «terapia de conversión» es un término usado para describir intervenciones que tienen en común la creencia de que la orientación sexual o la identidad de género de una persona pueden y deben ser cambiadas.
Estas prácticas pretenden cambiar a personas gays, lesbianas, bisexuales, transgénero o de género diverso a una heterosexualidad o cisgénero. Sin embargo, la ONU destaca que estas terapias son profundamente dañinas, basadas en una idea médicamente falsa de que las personas con diversidad de género están enfermas y causan dolor y sufrimiento severos, resultando en daños psicológicos y físicos duraderos.
Con información de www.todosahora.com