El caso de los 32 migrantes secuestrados en Tamaulipas puso nuevamente en evidencia las dificultades que enfrentan las miles de personas que buscan llegar a Estados Unidos por tierra para solicitar asilo.
En esta ocasión, los migrantes fueron liberados el 3 de enero de 2024. Los secuestradores intentaron utilizarlos como carnada para obtener rescates de sus familias en Estados Unidos.
Las autoridades mexicanas conocieron el hecho un día antes de fin de año. Un grupo armado interceptó un autobús que viajaba desde Monterrey, México, hasta Brownsville, Texas. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Rosa Icela Rodríguez, confirmó que los secuestrados eran migrantes de varias nacionalidades, incluyendo venezolanos, ecuatorianos, hondureños, colombianos y mexicanos.
Afortunadamente, los migrantes fueron liberados y el gobierno mexicano les otorgó un permiso de residencia humanitario para que pudieran estar seguros en el país.
Sin embargo, diversas organizaciones han instado a las autoridades mexicanas a mejorar su trato hacia las personas en tránsito. Los migrantes no solo se enfrentan al crimen organizado, sino también a las autoridades que se aprovechan de su vulnerabilidad.
Varios testimonios recopilados en los últimos años han demostrado que muchos migrantes consideran que su paso por México fue más traumático que cruzar la peligrosa selva del Darién, que es el punto de inicio de la ruta hacia Estados Unidos.
México ha sido históricamente un país de tránsito para los migrantes que viajan por tierra hacia Estados Unidos, ya sea para solicitar asilo o para cruzar la frontera. En los últimos años, ha habido un aumento en los accidentes, secuestros y muertes que involucran a los migrantes, tanto en la puerta de entrada al sur como en la frontera norte.
Entre agosto y octubre de 2023, se registraron tres accidentes de tránsito que resultaron en la muerte de 46 migrantes que se dirigían del sur de México hacia el norte. En 2023, Amnistía Internacional (AI) destacó la importancia de proteger a los migrantes y garantizar su seguridad durante el tránsito por los países de las Américas.
En un incidente anterior que causó gran conmoción, al menos 38 migrantes murieron en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración de México (INM) debido a un incendio. Varios grupos exigieron justicia para los migrantes fallecidos y señalaron que esta tragedia pudo haberse evitado.
En 2022, Efecto Cocuyo entrevistó a varios migrantes que habían llegado a Estados Unidos después de cruzar el Darién y el resto de América Central. Uno de ellos, Alexander Chirinos, venezolano, describió su experiencia en México como traumática y afirmó que había sido víctima de robos y tuvo que dormir en la calle en varias ocasiones.
Además, otros testimonios revelaron que los funcionarios de seguridad mexicanos se aprovechaban de la vulnerabilidad de los migrantes para extorsionarlos y quitarles su dinero bajo la amenaza de detenerlos si no colaboraban.
A lo largo de 2023, varias organizaciones hicieron llamados a los gobiernos de México y Estados Unidos para que protegieran los derechos de los migrantes y criticaron las medidas tomadas en materia de deportación.
Carolina Jiménez Sandoval, presidenta de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), señaló que México tiene políticas migratorias cuestionables y destacó la importancia de proteger a los migrantes en tránsito. También mencionó dos masacres que ocurrieron en Tamaulipas y resaltó la necesidad de abordar estos horrores que han ocurrido con impunidad.
Wola ha recomendado desmilitarizar las fronteras mexicanas y basar el control de la política migratoria en los derechos humanos. Jiménez Sandoval también destacó la responsabilidad de los países de origen en garantizar la protección de sus ciudadanos y exigir cuentas al gobierno mexicano en cuanto a las políticas de protección a los migrantes.
En resumen, México representa una pesadilla para muchos migrantes en su camino hacia el sueño americano. A pesar de los esfuerzos de algunas organizaciones, las dificultades y los peligros persisten, lo que resalta la necesidad de mejorar las políticas y el trato hacia las personas en tránsito.
Con información de Efecto Cocuyo