Panamá fortalecerá la vigilancia en su frontera con Colombia con la adquisición de ocho helicópteros, entre otras medidas, para hacer frente al creciente flujo de migrantes irregulares que se dirigen hacia Norteamérica, según informó el ministro de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino.
Durante el lanzamiento de la operación Chocó II en Puerto Obaldía, cerca de la frontera con Colombia, Pino anunció que se aumentarán los patrullajes y se mejorarán las capacidades aéreas con la adquisición de ocho helicópteros biturbinas con capacidad de vuelo nocturno. Estos helicópteros serán utilizados para el control fronterizo en la Comarca Guna Yala y servirán de apoyo a las patrullas del Servicio Nacional de Fronteras.
El objetivo de estos helicópteros es identificar y perseguir a los grupos de delincuencia organizada que se dedican a la trata de personas y otros delitos relacionados, así como brindar seguridad a la población local y a los grupos vulnerables como los migrantes.
Además de la adquisición de helicópteros, se ha creado la Unidad de Análisis para la Protección Fronteriza (UPAPF), un organismo subordinado al Servicio Nacional de Migración encargado de perfilar amenazas a la seguridad y realizar análisis de inteligencia migratoria.
El ministro Pino destacó que esta unidad ayudará a detectar en tiempo real todo lo que entra y sale del país y resaltó la importancia del apoyo de Estados Unidos en esta labor conjunta.
A través del Tapón del Darién, una frontera selvática con Colombia, se ha registrado un flujo migratorio sin precedentes hacia Panamá en los últimos dos años, con más de 520,000 personas provenientes de más de 60 países, principalmente de Venezuela. Panamá recibe a estos migrantes en estaciones donde se les toman datos biométricos y se les brinda asistencia sanitaria y alimentaria antes de que continúen su ruta hacia Costa Rica.
La operación Chocó II, que se extenderá por más de seis meses, tiene como objetivo mitigar el impacto de la migración irregular, proteger el territorio, conservar el medio ambiente y controlar el flujo migratorio.
Con estas medidas de seguridad, Panamá busca contribuir a la paz y seguridad de los países del hemisferio norte, que son el destino final de los migrantes irregulares que cruzan el Darién.
Con información de Efecto Cocuyo