Este martes, entró en vigor en Texas la nueva Ley Antiinmigrante, que impone una sentencia mínima de diez años de cárcel para aquellos sospechosos encontrados culpables de cargos estatales relacionados con el tráfico de migrantes. La medida fue firmada por el gobernador republicano Greg Abbott como parte de un paquete de leyes destinadas a asegurar la frontera.
El gobernador Abbott ha expresado en repetidas ocasiones que Texas necesita protegerse de los cárteles que trafican con migrantes y drogas. Además, culpa al gobierno del presidente Joe Biden por tener una “política de fronteras abiertas”. Según Abbott, la inacción deliberada de Biden ha dejado a Texas a su suerte.
Sin embargo, los defensores de los migrantes se han manifestado en contra de esta ley, argumentando que aumentar las sentencias no resuelve el problema de raíz. El comisionado del condado de El Paso, David Stout, ha expresado que la política de Abbott se basa en una “gran mentira de que tenemos fronteras abiertas”. Según Stout, el gobernador ha implementado esta medida para justificar el gasto de miles de millones de dólares en los últimos años.
Cabe destacar que, además de la Ley Antiinmigrante, se espera que entre en efecto el 5 de marzo del 2024 la Ley SB4, considerada una de las más estrictas en la historia estadounidense. Esta ley otorga a la policía de Texas la facultad de detener y deportar a migrantes, y convierte en delito menor el ingreso o intento de ingreso al estado desde una nación extranjera de forma irregular.
Con estas nuevas leyes, Texas busca tomar medidas más contundentes en materia de inmigración y seguridad fronteriza. Sin embargo, la implementación y el impacto de estas medidas están siendo objeto de debate y críticas por parte de los defensores de los migrantes.
Con información de www.todosahora.com