Corte de Chile anula decisión de expulsar arbitrariamente a médica venezolana. La sentencia devuelve justicia a un procedimiento arbitrario y carente de logicidad.
Por Braulio Jatar
La Corte de Santiago ha anulado una decisión administrativa que había determinado la expulsión de una médica venezolana de Chile. Este fallo no solo revierte una medida arbitraria por parte del Servicio Nacional de Migraciones sino que, además, pone de manifiesto la importancia de considerar la situación particular, el arraigo y las contribuciones de los inmigrantes al decidir sobre su permanencia en el país.
Un Acto de Justicia para la Integración
La médica venezolana, cuya identidad ha sido protegida por razones de privacidad, había enfrentado la amenaza de ser expulsada del territorio chileno, una decisión que la Corte ha calificado de desproporcionada y carente de fundamentos sólidos. Según el fallo, el Servicio Nacional de Migraciones no solo ignoró el arraigo familiar y profesional de la amparada sino también su contribución tangible a la sociedad chilena.
Desde su llegada a Chile, esta profesional de la salud ha demostrado un compromiso inquebrantable con su integración y aporte al país. Trabajando como médica, cumpliendo con todas sus obligaciones fiscales y sociales, su historia es un claro testimonio de los valores y el potencial que los inmigrantes aportan a la nación.
Un Precedente para la Política Migratoria
Este fallo es un llamado de atención sobre la necesidad de abordar las solicitudes de residencia con un enfoque más humano y justo, evaluando cada caso en su justa medida. La decisión de la Corte subraya la importancia de ponderar los antecedentes personales, familiares y profesionales del solicitante, más allá de cualquier antecedente penal que pueda existir, especialmente cuando estos no se relacionan con la seguridad nacional ni representan un riesgo para la sociedad.
La Corte de Santiago ha sentado un precedente significativo al dejar sin efecto la resolución de expulsión y ordenar al Servicio Nacional de Migraciones emitir un nuevo pronunciamiento que considere adecuadamente los méritos y circunstancias del caso. Este fallo no solo corrige una injusticia sino que también propone una visión más equilibrada y humana de la política migratoria, donde la integración y el aporte individual sean criterios fundamentales en la toma de decisiones.
Hacia un Futuro de Inclusión y Respeto
La sentencia puntualiza que “los documentos acompañados a la causa la amparada acreditan que desde su ingreso al país trabaja en labores de su profesión, reside en forme regular en un departamento de su propiedad, cuenta con cotizaciones previsionales, paga impuestos, ha formado una empresa que da trabajo a otras personas, tiene arraigo familiar y su intención siempre fue trabajar, reunirse con su familia -madre- y ser un aporte para esta sociedad”.
A lo anterior, añade que “si bien la Resolución impugnada fue dictada por autoridad competente, dentro de la esfera de sus atribuciones, en el caso de la especie, carece de la debida fundamentación por cuanto el Servicio Nacional de Migraciones al emitir el acto administrativo que se cuestiona desoyó la situación particular de la amparada, pues no ponderó su actual situación, ni la documentación acompañada”.
El caso de la médica venezolana es un recordatorio poderoso de la importancia de construir una sociedad que valora y respeta la dignidad de cada individuo, independientemente de su origen. La decisión de la Corte de Santiago no solo es una victoria para una persona sino también un triunfo para los principios de justicia, equidad y humanidad que deben guiar nuestras políticas y acciones.