El Gobierno panameño informó que durante el primer trimestre de 2024, más del 60% de los 109.000 migrantes que cruzaron la peligrosa selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia, son venezolanos. Este dato representa un récord histórico en comparación con el mismo período del año anterior, donde se registraron 87.390 migrantes.
Entre enero y marzo de 2024, un total de 109.069 migrantes irregulares atravesaron la selva del Darién. Esta cifra se desglosa en 36.001 migrantes en enero, 37.165 en febrero y 35.903 en marzo. En contraste, en 2023 se contabilizaron 24.634, 24.657 y 38.099 migrantes en los mismos meses, respectivamente.
Las nacionalidades con mayor número de ingresos durante el primer trimestre de 2024 fueron venezolanos con 69.568, ecuatorianos con 8.912, haitianos con 7.253 y colombianos con 7.030. Estas cifras reflejan la tendencia creciente de migrantes que buscan mejores condiciones de vida en Estados Unidos o Canadá, a través de la ruta del Darién.
Esta ruta ha experimentado un incremento progresivo de migrantes desde 2021, alcanzando más de 520.000 en 2023, el doble que el año anterior. Para 2024, se espera un aumento del 20% en comparación con el año anterior.
Los peligros que enfrentan los migrantes en la selva del Darién son variados, desde condiciones naturales adversas como crecidas de ríos y ataques de animales salvajes, hasta la presencia de bandidos que cometen robos y violaciones. Además, la falta de agua potable, muchas veces contaminada por desechos o cadáveres, representa un riesgo para su salud.
Una vez superada la selva, los migrantes son registrados por las autoridades panameñas en poblaciones indígenas o centros de recepción migratoria, donde reciben alojamiento y alimentación. Posteriormente, son trasladados en autobuses a Costa Rica, siendo responsables de costear este desplazamiento.
Las autoridades de Panamá han intensificado sus medidas contra el tránsito de migrantes por la selva del Darién, calificando esta actividad como un negocio del crimen organizado. Asimismo, han cuestionado el trabajo de organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras (MSF).
MSF suspendió sus labores médicas y humanitarias en el Darién a principios de este mes, tras acusaciones del Gobierno panameño de enviar informes incompletos sobre migrantes víctimas de violencia sexual durante su travesía por la selva. La organización había atendido a 676 migrantes víctimas de violencia sexual en 2023, y solo en enero de 2024 registró 120 casos más, lo que representa un acto de violencia sexual cada tres horas y media.
Con información de Efecto Cocuyo