Argentina se enfrenta a un brote histórico de dengue, convirtiéndose en el tercer país más afectado de la región, solo por detrás de Brasil y Paraguay, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El aumento exponencial de casos se atribuye a las condiciones climáticas extremas y al fenómeno de El Niño, que han favorecido la propagación del mosquito transmisor, el Aedes aegypti. Esta situación ha llevado a un récord de más de 3.5 millones de infectados y más de 1,000 muertes en las Américas, según la OPS.
En Argentina, el aumento de casos ha sido dramático, pasando de 4,800 casos y 2 muertes en la temporada pasada a 120,000 contagios y 79 fallecimientos en la actual. Los datos del Ministerio de Salud indican que ya son más de 180,000 los argentinos infectados y 129 muertos desde el inicio del brote en agosto de 2023.
La escasez de repelentes para protegerse del mosquito ha generado preocupación entre la población, con precios de reventa astronómicos y dificultades para encontrar el producto en comercios. El gobierno ha atribuido esta situación a un error de previsión, mientras que críticos señalan la falta de coordinación estatal para anticipar y solucionar el problema.
En medio de la crisis, circulan opiniones encontradas sobre la vacuna Qdenga contra el dengue, aprobada en Argentina hace un año. Algunos médicos la recomiendan, pero otros consideran que su aplicación en este momento puede no ser lo más conveniente, dado el tiempo requerido para lograr la inmunización.
Ante esta situación, las autoridades instan a la población a limpiar sus hogares para prevenir la proliferación del mosquito, mientras muchos argentinos esperan la llegada del frío como solución a la epidemia.
Con información de efectococuyo.com