El Gobierno de Nicaragua ha anunciado su decisión de romper relaciones diplomáticas con Ecuador, siguiendo los pasos de México, después de la irrupción policial en la embajada mexicana en Quito. Esta acción fue considerada una grave violación a los acuerdos internacionales y al derecho al asilo.
La noche del viernes 5 de abril, un grupo de agentes de seguridad ecuatorianos ingresó por la fuerza con el objetivo de detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien había recibido asilo político por parte del gobierno de López Obrador.
En una declaración oficial, el Ejecutivo nicaragüense liderado por Daniel Ortega expresó su repudio y rechazo a la acción llevada a cabo en Quito, calificándola como insólita y repudiable. Como consecuencia, se formalizó la ruptura de todas las relaciones diplomáticas con Ecuador, tras haber retirado su Embajada en Quito en septiembre de 2020.
Además, Nicaragua manifestó su solidaridad con el presidente y Gobierno de México, apoyando cualquier acción legal que surja como resultado de estos acontecimientos.
En su comunicado, el Gobierno de Nicaragua también rechazó y condenó lo que denominó como barbarie política neofascista por parte del Gobierno de Ecuador. Según la declaración, esta violación flagrante del Derecho Internacional es resultado de gobernantes corruptos que sirven a los intereses de los imperios.
Nicaragua recordó el caso de la complicidad de un Gobierno ecuatoriano anterior en el asalto a su propia sede en Londres para extraditar a Julian Assange, lo que consideran una violación ilegal. En este contexto, reafirmaron su compromiso con el Derecho Internacional y las Convenciones que regulan las relaciones entre Estados y Gobiernos a nivel mundial.
Con información de efectococuyo.com