En el ámbito del fútbol profesional venezolano, siempre ha habido empresarios que apuestan por el desarrollo de la disciplina a nivel local.
Este tipo de emprendimiento genera una serie de gastos significativos, tales como el alquiler de las canchas, el mantenimiento de los terrenos de juego, los salarios de los jugadores y el personal, las transferencias, las categorías inferiores, entre otros.
Se invierte una gran cantidad de dinero y toda esta inversión debe traducirse en un balance positivo para asegurar la sostenibilidad a lo largo del tiempo, ya que la taquilla no suele ser suficiente para mantener a flote a los clubes en un fútbol nacional con poco arraigo y sentido de pertenencia.
En medio de este complicado contexto, han surgido equipos que han logrado consagrarse campeones prácticamente de la nada en el fútbol profesional venezolano en tiempos recientes.
Uno de los casos más destacados es el del Atlético Zulia. Fundado en 1996 por el empresario Marcelo Bortolussi tras adquirir los derechos de otro equipo zuliano que pertenecía a la segunda división, el Unicol FC de Lagunillas.
El Atlético Zulia debutó en la primera división durante la temporada 1996-1997 y, a pesar de realizar una importante inversión, perdió el campeonato en su temporada inaugural ante el Caracas FC en la final absoluta.
En solo su segunda temporada (1997-1998) en la primera división, el Atlético Zulia se impuso ante una gran cantidad de seguidores del fútbol en el estadio Pachencho Romero de Maracaibo al Estudiantes de Mérida por 4-0, convirtiéndose en el primer equipo zuliano en ganar un campeonato nacional de fútbol.
Otro caso digno de mención es el del Nacional Táchira, campeón del torneo en el año 2002, un acontecimiento particular en el fútbol nacional.
El equipo fue un intento de revivir al extinto Atlético San Cristóbal, siendo el alcalde de la ciudad en aquel entonces, Sergio “El Cura” Calderón, su principal patrocinador.
Con solo cinco años de existencia, el equipo, que vestía una clásica indumentaria color naranja, venció en el estadio Soto Rosa al Estudiantes de Mérida en una tanda de penales y se coronó campeón en el año 2002.
Por su parte, el UA Maracaibo, fundado en 2001 con sede en el Pachencho Romero, logró el título de manera rápida en la temporada 2005, gracias a la importante inversión económica de sus empresarios.
En 2012, el Deportivo Lara se consagró de manera impecable al ganar los torneos Apertura y Clausura, bajo la dirección de Eduardo Saragó y con destacados jugadores del fútbol venezolano como Rafael Castellín, José Manuel Rey, Edgar Pérez Greco, Miguel Mea Vitali y el argentino Diego Cochas, entre otros.
A pesar de mantenerse en la elite durante 10 temporadas, el club fue desafiliado de todas las competiciones en 2022 por la FVF debido a sus cuantiosas deudas.