Las altas temperaturas del verano pueden dificultar el sueño nocturno, especialmente cuando los termómetros superan los 34 grados, como ha ocurrido recientemente en nuestro país. De acuerdo con un estudio publicado en Sciencedirect, la temperatura ambiental juega un papel crucial en la capacidad de conciliar el sueño, siendo un factor determinante para el descanso nocturno.
En esta investigación, se reveló que cuando las temperaturas nocturnas superan los 20°C, el cuerpo tiene dificultades para entrar en la fase de sueño REM, lo que afecta negativamente la calidad del descanso. Este fenómeno no solo se experimenta en verano, sino también en primavera, destacando la importancia de mantener una temperatura adecuada en los hogares.
Los expertos enfatizan la necesidad de ajustar la temperatura según las necesidades individuales, sugiriendo que para adultos mayores, por ejemplo, la temperatura ideal debe oscilar entre los 20 y 25 °C. Las altas temperaturas no solo afectan el sueño en verano, sino que también interfieren con la fase de sueño REM, esencial para un descanso completo y reparador.
La interrupción de esta fase puede desencadenar problemas durante el día, como dificultad para concentrarse, irritabilidad y dolores de cabeza. Por lo tanto, es fundamental mantener un ambiente fresco y adecuadamente climatizado para garantizar un sueño reparador y una salud mental y física óptimas.