¿Te ha pasado alguna vez que alguien que no tiene ni idea de lo que habla se las da de sabelotodo? O al revés, ¿te has sentido inseguro de tus habilidades a pesar de ser un experto en el tema? ¡Tranquilo, no estás solo!… Este fenómeno psicológico se conoce como el efecto Dunning-Kruger.
Alejandro Prado Jatar
Tal incongruencia nos dice que las personas con menos información y habilidades en un área determinada tienden a sentir una confianza en su escasez cognitiva, mientras que los verdaderos expertos suelen subestimarse a sí mismos.
Esto se debe a que los torpes son incapaces de hacer análisis crítico para así reconocer sus pifias y limitaciones. Al no tener un dominio profundo del tema, les es difícil identificar lo que están haciendo mal o lo que les falta por conocer.
En cambio, los expertos, al contar con una noción más profunda, son más conscientes de lo mucho que aún les queda por formarse. Esto los hace más humildes y menos propensos a valorar sus habilidades.
La paradoja Dunning-Kruger puede tener consecuencias negativas en nuestro ‘día a día’. A nivel individual impide que las personas aprendan y crezcan, ya que se sienten demasiado seguras de sí mismas como para buscar ayuda o ‘feedback’. A nivel social, puede conducir a la toma de decisiones erróneas y a la difusión de información falsa.
¿Cómo evitar caer en el efecto Dunning-Kruger:
- Ser humilde: Reconoce que siempre hay algo más que aprender y que no lo sabes todo.
- Buscar la retroalimentación: Pide la opinión de otros, especialmente de expertos en el tema.
- Estar abierto a nuevas ideas: No te cierres a otras perspectivas o formas diferentes de pensar.
- Ser autocrítico: Analiza tu propio trabajo y busca áreas donde puedas mejorar.
Recuerda, el verdadero conocimiento no se basa en la arrogancia, sino en la humildad y la disposición de instruirse.
APJ