El Consejo Nacional Electoral (CNE) tardó catorce días en anunciar la retirada de la invitación a la Unión Europea (UE) para observar las elecciones presidenciales del 28 de julio, solicitada por la Asamblea Nacional (AN) de 2020, presidida por Jorge Rodríguez.
Según expertos consultados por Efecto Cocuyo, es poco probable que el CNE rectifique esta medida, aunque no se descarta que pueda cambiar debido a influencias de negociaciones en curso. La exclusión de los observadores europeos plantea dudas sobre la transparencia del proceso electoral, y si el resto de las delegaciones internacionales no emiten informes o no asisten, no se podrá validar el resultado en caso de denuncias de irregularidades.
Se resalta que existen diferencias en la forma en que la misión de la UE y otros organismos, como el Centro Carter y la ONU, trabajarían en las elecciones presidenciales. Además, la figura de “acompañamiento” o “veeduría electoral” que propone el CNE no se ajusta al papel de una observación legítima.
¿Cómo estaba planeada la misión de la UE?
Hasta el 27 de mayo, la UE planeaba enviar una misión técnica de alrededor de 100 personas a Venezuela para monitorear las elecciones antes, durante y después de la votación, similar a lo que ocurrió en las elecciones regionales de 2021, donde se desplegaron 127 observadores en todos los estados.
El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, había solicitado “acceso al 100% de las mesas electorales”, independencia total, libre circulación por el país y comunicación directa con la prensa.
Una misión exploratoria ya se había reunido con el CNE en abril para evaluar las condiciones de observación electoral, sin llegar a firmar un convenio.
Es importante recordar que la Misión Electoral de la UE de 2021 fue expulsada tras presentar un informe preliminar sobre las elecciones regionales de noviembre, donde señalaban irregularidades como inhabilitaciones de candidatos, uso de recursos públicos en campañas y acceso desigual a medios de comunicación.
¿Qué pasa con el Centro Carter?
El Centro Carter estaba condicionado a la presencia de la UE para su participación en las elecciones, y tras reunirse con el CNE en abril, no se ha tenido más información al respecto.
El Centro Carter no actuaría como observador, sino como veedor, con un enfoque más cercano a los eventos del día de la votación. Su neutralidad y reconocimiento internacional podrían ser clave para garantizar la transparencia del proceso electoral.
¿Y el panel de expertos de la ONU?
La ONU aún evalúa la invitación del CNE para desplegar un panel de expertos en las elecciones presidenciales. Este panel no emite declaraciones sobre la conducta electoral o resultados, sino que informa al secretario general y se comunica con autoridades electorales y otras partes interesadas.
La presencia de observadores internacionales calificados es crucial para validar los resultados electorales y garantizar la transparencia del proceso.
¿Qué dice la ley?
La ley establece la Veeduría Nacional e Internacional en los procesos electorales en Venezuela, donde los observadores están limitados en emitir opiniones o declaraciones sobre asuntos internos del país hasta que se proclamen los resultados.
El incumplimiento de las normativas puede resultar en la revocación de la credencial de observador. La presencia de observadores internacionales equitativos es crucial para garantizar la transparencia y legitimidad de las elecciones.