La Eurocopa acapara las miradas del planeta fútbol a partir de esta semana y no hay manera de quedar al margen de lo que ocurrirá en la cita de Alemania. Porque el fútbol de vértigo con jugadores que se desplazan a toda velocidad, mezclando dominio del balón, potencia y habilidad se citan en tierras teutonas para medir su poderío. También será el momento de apreciar las propuestas tácticas de los técnicos del Viejo continente, donde en los últimos años se ha visto un predominio del fútbol elaborado desde el fondo de la cancha.
Influidos por el fútbol de posesión que Pep Guardiola reelaboró con sus ideas innovadoras de adelantar las líneas para defender en el campo rival, temporizar para ejercer un absoluto control del balón, generar espacios, procurar superioridades en los avances y buscar el hombre libre con un ataque que se inicia desde el primer toque del arquero, en la Eurocopa veremos de nuevo a selecciones como Portugal, España y Alemania cuyos técnicos son abanderados de este sistema.
Pero el abanico de estilos de juegos es más amplio y mostrará otras vertientes. Italia, campeón defensor de la Euro, Francia e Inglaterra son abanderados de un fútbol más vertical, de contraataques fulminantes producto de la velocidad que pueden imprimir a los avances jugadores como Bonaventura, Mbappé y Foden, explosivos y con una soberbio golpeo para reventar las redes. Tampoco habrá que perder de vista el juego ajedrecístico del inagotable Luka Modric en Croacia. Se trata de un fútbol matemático de aparente calma, que de pronto cambia de ritmo y velocidad con los pases para romper líneas y derribar muros defensivos del cerebral astro del Real Madrid.
Como siempre, estos torneos se dividen entre las selecciones que tienen reales aspiraciones a salir campeón, los candidatos a ser protagonistas y lo que simplemente serán participantes irrelevantes de la contienda. Entre los primeros figura por méritos propios la selección de Portugal de Cristiano Ronaldo.
El equipo de las quinas cambió su juego y su mentalidad desde la incorporación del técnico español Roberto Martínez, quien cumplió una labor excepcional con Bélgica, a la que encumbró hasta el tercer lugar en el Mundial de Rusia 2018. El fútbol timorato que Portugal mostró bajo la conducción de Fernando Santos ha dado un vuelco radical. Martínez ha convertido a Portugal en una máquina implacable de generar situaciones de gol para triturar con un juego desbordante de creatividad comandado por Bruno Fernández en la mitad del campo y un ataque temible en el que pueden confluir Cristiano Ronaldo, Joao Félix, Rafael Leao y Gonzalo Ramos.
Ningún otro equipo en la Euro tiene tanto ingenio y profundidad en el ataque como Portugal. Solo falta que la selección demoledora de la fase clasificatoria, en la que ganó sus 10 partidos con 36 goles a favor y apenas 2 en contra, mantenga la misma ambición a lo largo del campeonato.
La sola presencia de Mbappé en sus filas otorga a Francia la chapa de favorito para conquistar el torneo. El nuevo adquisición del Real Madrid es imparable en el uno contra uno por sus capacidad de maniobra con el balón, su rapidez mental para tomar la mejor decisión en una fracción de segundo y la espléndida pegada. Pero Francia es más que Mbappé. La magia de Griezmann, la ubicuidad de Rabiot, la fuerza de Tchouaméni y los desbordes de Comán alimentan el juego de control y velocidad.
Aunque Alemania viene de horas bajas, nunca puede descartarse de la lista de favoritos, no solo por su condición de anfitrión, sino por la calidad de su plantilla. La presencia de Rüdiger en la defensa, Toni Kroos, Gündogan y Musiala en el mediocampo y Thomas Müller y Niclas Fülkrung en el ataque son razones para creer en el resurgimiento de la Mannschaft.
España con un mediocampo de lujo y dos extremos que son puñales
Tres veces campeona de la Eurocopa, España es uno de las selecciones que también aspiran a ser protagonistas. La España del técnico Luis De La Fuente mantiene el estilo de amasar las jugadas con posesiones largas en un mediocampo de enormes recursos técnicos para tocar y asociarse que lideran Rodri, uno de los mejores mediocentros del fútbol, con Pedri y Fermín como socios.
La gran virtud de esta renovada selección es que al juego de prolijo manejo del balón le añaden la velocidad por las bandas con dos extremos que son puñales: Lamine Yamal y Nico Williams. El primero tiene, además, la virtud de sacarse a los rivales con sus endemoniadas fintas y una pierna zurda muy educada para inventar maniobras de la nada, habilitar a sus compañeros o generar y concluir sus propias situaciones de gol.
Las dudas que acompañan a España son la solvencia de su defensa y la falta de un artillero indiscutible en el ataque. Ante la inconsistencia de Álvaro Morata, el delantero de la Real Sociedad, Mike Oyarzabal ha surgido como la nueva esperanza goleadora de la Roja.
Inglaterra asusta, pero le juega en contra su incurable flematismo
La plantilla de Inglaterra es una de las más temibles del torneo. Laterales que tienen un largo recorrido para acompañar y profundizar el ataque como Kyle Walker y Kieran Trippier, un todocampista de la clase indiscutible como Jude Bellingham, quien potenció sus recursos convirtiéndose en un jugador avanzado que pisa el área y convierte goles; y delanteros que ofrecen rapidez, desborde y superioridad para liquidar por cualquier camino con Harry Kane, y el prodigioso control del balón de Phil Foden y Cole Palmer.
Pero con todo ese talento a su favor, Inglaterra tiene una deuda eterna con sus aficionados. Le falta carácter en los partidos bravos para imponer su dominio y siempre termina sucumbiendo y decepcionando en la hora decisiva, como ocurrió en la Eurocopa de 2020 en la que no supo gestionar el temprano gol de Luke Shaw al minuto dos de la final y se dejó arropar por Italia que igualó y terminó imponiéndose por la vía de los penales, y también en el Mundial de Catar 2022 en la que se desinfló 1-2 en cuartos de final ante Francia. Debería ser candidata al título, pero su incurable flematismo le juega en contra.