El dilema para cuidar el rostro.
¿Es mejor utilizar agua del grifo o agua filtrada para lavar el rostro? Es la gran duda frecuente, ya que la limpieza facial es un paso fundamental en cualquier rutina de cuidado de la piel.
El agua del grifo, si bien cumple con los estándares de potabilidad, puede contener impurezas como cloro, cal, metales pesados y otros contaminantes. Estos elementos pueden resecar la piel, alterar su pH natural, irritarla y exacerbar condiciones como el acné o la rosácea.
El dilema para cuidar el rostro
En cambio, el agua filtrada elimina la mayoría de estas impurezas, dejando un residuo más puro y suave para la piel. Los dermatólogos recomiendan su uso para el lavado facial por sus múltiples beneficios.
Beneficios de su uso
- Hidrata y suaviza la piel: al estar libre de cloro y cal, no reseca la piel ni altera su barrera protectora. Esto la mantiene hidratada, suave y con una textura más tersa.
- Reduce la irritación: es menos propensa a irritar la piel, especialmente aquellas sensibles o con condiciones como rosácea o acné.
- Favorece la absorción de productos: al eliminar impurezas, permite que la piel absorba mejor los productos cosméticos que se apliquen posteriormente, como tónicos, serums y cremas hidratantes.
- Previene el envejecimiento prematuro: algunos estudios sugieren que el agua del grifo, con su alto contenido de cloro, puede acelerar el envejecimiento de la piel. Al ser más pura, ayuda a proteger la piel de estos radicales libres.
¿Cómo filtrar el agua?
Existen diversas opciones para filtrar el agua en casa. Los filtros de jarra son económicos y fáciles de usar, pero su capacidad de filtrado puede ser limitada. Los filtros de grifo se instalan directo en el grifo y ofrecen una filtración más efectiva. Mientras que los sistemas de ósmosis inversa ofrecen la filtración más completa, eliminando la mayoría de impurezas y contaminantes.
En conclusión, lavar el rostro con agua filtrada en lugar de agua del grifo es una inversión en la salud y belleza de la piel. Si bien el agua del grifo puede ser potable, su contenido de impurezas puede afectar negativamente la piel. El agua filtrada, por el contrario, hidrata, suaviza, reduce la irritación y favorece la absorción de productos cosméticos, contribuyendo a una piel más sana, radiante y joven.