Los celos, una emoción compleja que puede llevarnos a actuar de manera poco encomiable, son comunes en todos nosotros. Sin embargo, hay ciertos signos del zodiaco que muestran un comportamiento especialmente tóxico cuando se sienten inseguros. Este comportamiento puede ser perjudicial tanto para ellos como para quienes los rodean. Descubre cuáles son los signos más tóxicos cuando se ponen celosos.
Los signos más tóxicos cuando se ponen celosos, según la astrología
Escorpio, dirigido por el intenso Plutón, es un signo de agua apasionado, magnético y posesivo. Cuando los celos se apoderan de un Escorpio, pueden convertirse en una obsesión, llevando a la investigación constante de la pareja, el control desmedido y la sospecha infundada. Su naturaleza celosa puede manifestarse en forma de celos retroactivos, indagando en el pasado de su pareja, o en celos hacia cualquier persona que se acerque demasiado a su ser amado.
Regido por la sensible Luna, Cáncer es un signo de agua emocional, hogareño y protector. Cuando los celos invaden a un Cáncer, pueden recurrir a la manipulación emocional para controlar a su pareja. Llantos, súplicas, victimización y el chantaje sentimental son algunas de las armas que un Cáncer celoso puede usar para mantener a su pareja a su lado. Su necesidad de seguridad emocional puede llevarlos a exigir atenciones constantes y a crear un ambiente tóxico en la relación.
Gobernado por el soñador Neptuno, Piscis es un signo de agua sensible, intuitivo y compasivo. Cuando los celos se apoderan de un Piscis, pueden crear una imagen idealizada de su pareja y de la relación, solo para luego decepcionarse cuando la realidad no coincide con sus expectativas. Su mente fantasiosa puede llevarlos a interpretar mal señales o a crear escenarios inexistentes en su cabeza, alimentando así sus celos y su desconfianza.
Tauro, regido por la práctica Venus, es un signo de tierra metódico, paciente y amante de los placeres. Cuando los celos invaden a una persona nacida bajo el signo zodiacal de Tauro, pueden aferrarse a la rutina y a la posesión como forma de asegurar su estabilidad emocional. El miedo al cambio y a perder lo que tienen puede llevarlos a ser muy tóxicos de cualquier persona o situación que represente una amenaza a su zona de confort.