El legendario primera base puertorriqueño, miembro del Salón de la Fama del béisbol, Orlando “Peruchín” Cepeda, falleció este viernes a la edad de 86 años. La triste noticia fue confirmada por los Gigantes de San Francisco.
Cepeda, también conocido como el “Baby Bull”, fue traspasado a los Cardenales de San Luis durante la temporada de 1966, donde rápidamente se convirtió en una pieza fundamental. En 1967, ganó el codiciado Premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, contribuyendo significativamente a los banderines consecutivos que los Cardenales lograron en 1967 y 1968.
Nacido en Ponce, Puerto Rico, Cepeda se destacó desde el principio en las Grandes Ligas. En su temporada de novato con los Gigantes, bateó .312 con 25 jonrones, 96 carreras impulsadas y lideró la liga con 38 dobletes, lo que le valió el galardón de Novato del Año de la Liga Nacional.
A lo largo de su carrera, Cepeda demostró ser uno de los bateadores más temidos del béisbol, acumulando al menos 24 cuadrangulares en cada una de sus primeras siete temporadas (1958-1964) con los Gigantes. Su total de 222 jonrones durante este período lo ubicó entre los diez mejores de las Grandes Ligas, siendo superado solo por leyendas como Willie Mays, Hank Aaron y Mickey Mantle.
Orlando Manuel Cepeda Pennes, nacido el 17 de septiembre de 1937, siguió los pasos de su padre, Pedro “Perucho” Cepeda, quien también fue jugador profesional en la liga puertorriqueña. Descubierto por el legendario cazatalentos Alex Pompez, Cepeda se unió a la organización de los Gigantes como uno de los muchos talentosos jugadores latinoamericanos.
Las Grandes Ligas han perdido a una verdadera leyenda del béisbol con el fallecimiento de Orlando Cepeda, cuyo legado perdurará para siempre en el mundo del deporte.