Dos décadas separan la llegada a España de Gasolina, del puertorriqueño Daddy Yankee, de los cuatro conciertos que ofrecerá desde este sábado la colombiana Karol G en Madrid, un viaje para un género al que se llamó «basura» pero que, desde el «underground», hermanó a jóvenes sin importar su origen.
«Sin temor a equivocarme puedo decir que el reguetón acabó con los guetos y con la estigmatización de los latinos», destaca a EFE Víctor Sánchez, director desde 2008 de la agencia especializada en este género El Poder De Tu Música, al recordar las primeras fiestas en discotecas latinas a las que «no asistían españoles».
En aquel 2003-2004 del Gasolina o Dale Don Dale del también puertorriqueño Don Omar, esos encuentros eran cosa «de colombianos, ecuatorianos y algún que otro boliviano que llegaban en masa a esos sitios de rumba». Esto fue cambiando a raíz de que muchos de ellos empezaron a relacionarse con jóvenes españoles, «a quienes este fenómeno les estalló en la cabeza».
«A partir de ahí era común ver latinos con españoles ‘perrear’ hasta el piso. Comparten los mismos gustos musicales y la moda. Todos siguen un mismo patrón y todos juegan a imitar a sus artistas favoritos», argumenta Sánchez.
No fue un tránsito sencillo. En el documental Perrea Perrea, que se acaba de estrenar en España, el cantante y productor musical español Juan Magán, embajador del electrolatino, recuerda cómo al principio le recriminaban que hiciese «música de panchitos».
«Estamos muy incómodos disfrutando la misma música que el mensajero ecuatoriano que nos trae los paquetes o la señora que nos limpia la casa. Y también hay algo de sentimiento colonial, porque nosotros, que somos los colonizadores, no vamos a aprender de ellos», opina en esta producción el periodista musical español Víctor Lenore sobre las posibles razones de los prejuicios.
Un ataque recurrente era verlo como un género intrínsecamente machista por sus letras. Es una idea que aún hoy pervive, a pesar de que, como destaca la cantante y compositora española Zahara en ‘Perrea Perrea’, «hasta John Lennon decía en una canción que te iba a matar si te veía hablando con otro».
Sea como fuere, el caso de la propia Karol G, la primera en conquistar cuatro noches seguidas el estadio del Real Madrid, demuestra que el reguetón es hoy un género en el que una mujer puede llegar tan lejos o más que cualquiera de sus compañeros. Y, además, utilizar esta música como vía de empoderamiento y situar su propio placer en el centro de la conversación.
Madrid, «el Miami de Europa»
«La juventud española ama la música urbana en todas sus vertientes y esta es una generación que nació con esta música, que se identifica con ella así la llamen basura», insiste Sánchez, ante la línea ascendente del género en un país que ya ha alumbrado a sus propias figuras con relevancia internacional, como Saiko, Quevedo (que fue número 1 a nivel global en Spotify) o Lola Índigo, quien también llenará el Santiago Bernabéu próximamente.
Las cifras están para corroborarlo. Según el ‘Observatorio de la Música en Vivo’ que realiza la empresa de ventas y de distribución de boletos Ticketmaster, de 2019 a 2022 se incrementaron las entradas vendidas de música latina en un 153 %, y de 2022 a 2023 en un 43 %.
«La música latina y las músicas urbanas son sin duda los géneros musicales que están viviendo unos crecimientos más exponenciales, y este año esperamos que el porcentaje aumente todavía más», señala a EFE Ana Valdovinos, CEO de Ticketmaster España, ante casos como el del granadino Dellafuente, que agotó en pocas horas las entradas de su próximo «show» en noviembre.
Ante el enorme desembarco de este tipo de estrellas globales en España, Sánchez encuentra una rápida explicación: «Madrid se ha convertido en el Miami de Europa, todos los urbanos quieren venir porque su música se escucha más aquí que en otros países de Latinoamérica. También porque los más de 70 festivales de reguetón que se realizan en España cada verano les permiten ganar inmensas cantidades de dinero y aumentar su fama».
¿Y después de Karol G? ¿Habrá alguien aún más grande? El director de El Poder De Tu Música pone su vista en Bad Bunny: «Lleva varios años que no pisa España. Muchos dicen que el motivo es que la producción de sus conciertos es demasiado costosa, pero pienso que ese no es el motivo real. Quizás está esperando que un promotor doble su caché. Muchos hablan de más de dos millones de euros (2,18 millones de dólares)».