La orquídea es una planta codiciada por su flor exótica, pero a menudo sus flores pueden marchitarse o no florecer debido a tres factores fundamentales.
Según expertos en jardinería, muchas personas creen que la falta o el exceso de riego son las principales razones por las que sus orquídeas no florecen. Aunque esto es cierto, hay tres razones más significativas que afectan el desarrollo de la planta.
¿Por qué mi orquídea no florece?
Entre las principales razones por las que una orquídea puede tener una floración débil se encuentran las siguientes:
Déficit de nutrientes
El potasio, nitrógeno y calcio son nutrientes esenciales para la orquídea. Si no están presentes, la planta se debilitará. La solución a este problema es fertilizar la orquídea con un abono específico para ella, ya sea casero o comprado en un vivero.
Falta de iluminación
La luz es crucial para el desarrollo de la orquídea, siendo casi tan importante como los nutrientes. Cuando la planta no recibe la cantidad adecuada de luz, deja de producir flores. Por lo tanto, es importante colocarla detrás de una ventana con iluminación indirecta.
Para prevenir este problema, se puede analizar el color de las hojas: si son verdes oscuros, falta luz; si son verdes claros, hay exceso de iluminación.
Temperatura
La temperatura es clave para el desarrollo y floración de las orquídeas. Durante el otoño, si la planta está expuesta a temperaturas cálidas, las flores se marchitarán. Se recomienda evitar que la planta esté cerca de fuentes de calor, especialmente en invierno.