El día que Sheynnis Palacios se coronó Miss Universo
La victoria de Sheynnis Palacios en el certamen de Miss Universo fue motivo de celebración para muchos nicaragüenses, incluido Jared Ramírez. Sin embargo, lo que comenzó como una muestra de orgullo patriótico terminó en una pesadilla para él.
Ramírez decidió salir a las calles de Ciudad de Guatemala con una bandera de Nicaragua en mano para conmemorar el histórico triunfo de Palacios. Lo que no sabía era que esa bandera, con el escudo invertido y la leyenda “No más dictadura”, sería interpretada como una señal de protesta política contra el gobierno de Daniel Ortega.
De repente, Ramírez se encontró bajo custodia policial, acusado de “robo agravado y portación ilegal de armas”. Pasó más de nueve meses tras las rejas, hasta que finalmente fue excarcelado en septiembre gracias a una mediación de Estados Unidos.
La liberación de Ramírez y otros presos políticos fue un acto humanitario, pero aún quedan 36 detenidos en Nicaragua por motivos políticos, según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas en el país.
La controversia detrás del triunfo de Palacios
La victoria de Palacios como Miss Universo desató una serie de acontecimientos políticos en Nicaragua. Ortega desterró a la dueña de la franquicia de Miss Nicaragua, Karen Celeberrti, acusándola de conspiración y traición a la patria.
Por su parte, Anne Jakrajutatip, dueña de la organización Miss Universo, mencionó que Palacios vivía un “exilio indefinido”, aunque la propia Miss Universo negó esta afirmación.
A pesar de las controversias, el triunfo de Palacios marcó un hito en la historia de Nicaragua, pero también desencadenó una ola de arrestos entre aquellos que celebraban su coronación.
Las duras condiciones en la cárcel
Ramírez relató las condiciones inhumanas que enfrentó durante su encarcelamiento. Sufrió maltrato físico y psicológico, y en un momento temió por su vida tras recibir amenazas de muerte por parte de las autoridades.
Olesia Muñoz, otra presa política, también compartió su experiencia, siendo encarcelada por un comentario en redes sociales que ella afirma que fue fabricado. Pasó meses en una celda inhóspita, soportando un calor asfixiante y condiciones inhumanas.
Un nuevo comienzo en Guatemala
Tras su liberación, Ramírez y otros presos políticos fueron desterrados a Guatemala, donde se les ofreció la oportunidad de reconstruir sus vidas en Estados Unidos u otros países. Para muchos, este destierro representa una segunda oportunidad para comenzar de nuevo y dejar atrás el oscuro capítulo de represión en Nicaragua.
En medio de la incertidumbre y el dolor por haber dejado su tierra natal, Ramírez mantiene la esperanza de regresar a Nicaragua algún día, sin miedo ni temor a represalias. Su historia, al igual que la de muchos otros presos políticos en Nicaragua, es un recordatorio de la lucha por la libertad y la dignidad humana en un país marcado por la represión y la persecución política.
Con información de efectococuyo.com