Margarita celebra la exitosa incorporación a la vida silvestre de 222 volantones de cotorra margariteña, lograda gracias al arduo trabajo de Provita.
222 volantones de cotorra margariteña vuelan por los cielos de Nueva Esparta
José Manuel Briceño, subdirector de Provita, comparte con orgullo que lograron triplicar la población de esta hermosa ave.
Hace 21 años, cuando Briceño se unió al proyecto, el promedio de cotorras margariteñas era de 49, y superar la centena era impensable para la organización.
Sin embargo, en los últimos cuatro años han logrado superar las 200, alcanzando en el 2024 la cifra de 222 volantones.
Briceño destaca el trabajo en equipo entre Margarita y Caracas como clave del éxito.
La labor de concientización y las campañas se combinan con el trabajo de campo, haciendo que este proyecto sea uno de los más exitosos a nivel global.
Según la ONG, la cotorra margariteña es casi endémica de Venezuela, encontrándose solo en “localidades aisladas y áridas al norte del país”.
El subdirector atribuye este logro a los ecoguardianes, quienes trabajan incansablemente en el bosque seco de Macanao.
La mayoría de ellos son jóvenes macanagueros dedicados a proteger los nidos de estas aves.
Briceño explica que la mayoría de las cotorras margariteñas anidan en el área de La Chica, en la Península de Macanao, pero también tienen un área de conservación frente a El Horcón. El objetivo es ampliar el área de anidación de esta ave.
Además, señala que la cotorra margariteña no solo se encuentra en Margarita, sino también en Lara, Falcón, Sucre, Anzoátegui y La Blanquilla.
Fuera de Venezuela, se puede encontrar en Aruba, Curasao y Bonaire. Provita planea presentar un plan para conservar a la cotorra margariteña en todas estas zonas.
Uno de los principales desafíos para la conservación de esta especie es la destrucción de su hábitat.
En Macanao, la extracción de arenas coincide con el área reproductiva de esta especie, por lo que Provita ha sembrado 14 mil árboles en dicho lugar.
El enfoque está en la restauración ecológica, con el objetivo de recuperar el bosque seco que es el hogar de la cotorra.
El éxito en el aumento de la población de cotorras margariteñas es un testimonio del arduo trabajo y dedicación del equipo de Provita, así como de la importancia de la conservación del hábitat natural para proteger a las especies en peligro.