Después de años de negación y considerarlo una “ficción mediática”, el gobierno de Nicolás Maduro finalmente ha reconocido la existencia del Tren de Aragua en 2024, una organización criminal que ha sembrado el caos en Venezuela desde aproximadamente 2007.
Este reconocimiento llega en un momento crucial, donde el gobierno se ve obligado a admitir la presencia de esta banda delictiva que ha estado asociada con secuestros, extorsiones y otros crímenes violentos que han plagado al país durante años.
El chavismo no asume la responsabilidad por permitir el crecimiento de esta organización, sino que ahora la presenta como parte de supuestos “planes golpistas” para desestabilizar la nación y desafiar el poder ejecutivo y otros poderes del Estado.
¿Qué es El Tren de Aragua?
El Tren de Aragua se ha posicionado como la banda criminal más grande y poderosa de Venezuela, según informes de Insight Crime y el Gobierno de Estados Unidos. Su origen se remonta a 2005, cuando un sindicato de obreros en la cárcel de Tocorón comenzó a extorsionar y controlar actividades criminales en la región.
Con el encarcelamiento de Héctor Rustherford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, en 2013, la banda se expandió y estableció alianzas con otras organizaciones criminales, llegando a dominar barrios enteros en Maracay, la capital de Aragua.
EUU la designa organización criminal trasnacional
Desde 2020, el Tren de Aragua ha extendido su influencia a nivel internacional, siendo catalogado como una organización criminal transnacional y terrorista en lugares como Texas, Estados Unidos. Esta designación ha generado preocupación en la región por la expansión de sus actividades delictivas.
Del negacionismo a la nueva retórica del gobierno
A pesar de años de negación y considerarlo un mito, el gobierno venezolano ahora vincula al Tren de Aragua con la oposición y acusa a sus líderes de estar involucrados en planes de desestabilización. Estas acusaciones han generado controversia y preocupación entre expertos en seguridad.
La reciente declaración del presidente Maduro sobre supuestos vínculos entre la banda y la CIA de Estados Unidos ha elevado la tensión en el país y en la región, planteando nuevos desafíos en la lucha contra el crimen organizado.