El secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, ha instado a los países de la región a mantener una presión colectiva sobre el gobernante Nicolás Maduro en los meses previos a la toma de posesión presidencial en Venezuela, programada para el 10 de enero. Blinken ha destacado la importancia de que los socios de la región actúen en conjunto para abordar la crisis venezolana.
En una reunión ministerial en el Hotel Palace de Nueva York el jueves 26 de septiembre, Blinken junto a la ministra de exteriores de Argentina, Diana Mondino, expresó: “Es crucial sostener esta presión colectiva en los meses previos a la toma de posesión presidencial prevista para enero. Debemos continuar haciendo llamamientos al régimen de Maduro para que frene la represión de los manifestantes pacíficos y de los opositores políticos, libere de inmediato e incondicionalmente a todos aquellos que han sido detenidos arbitrariamente, incluyendo niños”.
El funcionario de la administración Biden también resaltó la necesidad de presionar a la coalición dominante en Caracas para permitir el retorno de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de la Misión independiente establecida por la ONU para la determinación de los hechos en Venezuela.
Blinken enfatizó: “Así como Estados Unidos lo ha hecho y seguirá haciendo, debemos utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para responsabilizar a los individuos que tienen la más alta responsabilidad por los graves abusos a los derechos humanos cometidos contra el pueblo venezolano”.
No solo declaraciones conjuntas
Blinken instó a que Estados Unidos y sus socios no se limiten a emitir declaraciones conjuntas, como la suscrita por 31 países sobre Venezuela, sino que también tomen acciones concretas. “No podemos darnos por satisfechos con solamente declaraciones conjuntas. Debemos actuar conjuntamente. Esa es la única manera de cambiar los cálculos y la conducta de Maduro”, señaló el secretario de Estado estadounidense.
Finalmente, Blinken reconoció la valentía de los venezolanos que participaron en las elecciones presidenciales del 28 de julio y denunció las detenciones masivas y violaciones de derechos humanos a las más de 2.000 personas detenidas en Venezuela por protestar contra los resultados presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
En respuesta, el gobierno de Nicolás Maduro rechazó la declaración impulsada por EE.UU. y Argentina, junto a una treintena de delegaciones internacionales, que llama a una resolución de la crisis en Venezuela. El gobierno chavista calificó la declaración conjunta como un intento de “atacar al pueblo venezolano” por parte de “Gobiernos satélites” de Estados Unidos.
El comunicado del Gobierno venezolano expresó que la declaración conjunta es un conjunto de “infamias, distorsiones y aspiraciones golpistas”, y acusó a EE.UU. y sus aliados de agredir al pueblo venezolano con medidas coercitivas ilegales y planificar acciones terroristas para desconocer su voluntad democrática.
Con información de efectococuyo.com